Capítulo 2

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SEONMIN

— Sombras en la rutina —




El viernes llegó con la promesa de un día más tranquilo en el hospital. Mientras me dirigía al trabajo esa mañana, el tráfico habitual de Gangnam me ofreció el espacio para organizar mis pensamientos. El sol ya estaba alto, y los rayos de luz se reflejaban en los edificios de cristal que parecían tocar el cielo.

Minhwa se había ido temprano esa mañana para atender un caso en la comisaría, dejándome sola en casa. Aunque siempre había disfrutado de la tranquilidad de mi tiempo en solitario, esa sensación de rutina comenzaba a pesarme.

Tal vez Minji tenía razón.

Quizás necesitaba un cambio, algo más que el hospital y las cenas con mi hermano.

Aparqué el coche y entré al hospital, saludando a algunas de las enfermeras que ya estaban en sus estaciones de trabajo. Al pasar por el vestíbulo, noté la energía constante del lugar: doctores y pacientes moviéndose de un lado a otro, como si el tiempo aquí siempre estuviera corriendo más rápido.

Una vez en mi oficina, me puse la bata blanca y me dispuse a revisar los expedientes que tenía pendientes. Algunas cirugías estaban programadas para más tarde, pero nada que fuera de lo común. La rutina de siempre.

—Seonmin —La voz de Jiwoon, la enfermera de turno me sacó de mis pensamientos mientras revisaba el historial de un paciente. Se asomó por la puerta de mi despacho con su típica sonrisa amable—. ¿Quieres un café? Lo acabo de preparar.

—Por favor, gracias —Respondí, estirándome en la silla. El aroma del café fresco comenzó a llenar el aire mientras Jiwoon entraba con dos tazas en la mano.

—Parece que hoy será un día tranquilo —Comentó ella, dejando la taza en mi escritorio—. Aún no ha llegado ningún caso urgente.

—Lo necesito —Le respondí mientras tomaba un sorbo—. Aunque a veces esos días tranquilos se convierten en los más impredecibles.

Jiwoon se rió, asintiendo. Ella, al igual que yo, sabía que, en un hospital como este, las cosas podían cambiar en un abrir y cerrar de ojos.

Mientras ambas conversábamos sobre el trabajo, mis pensamientos divagaban nuevamente hacia la conversación con Minji de la noche anterior. La idea de salir el sábado me daba un ligero cosquilleo en el estómago, aunque también me preocupaba lo que pudiera encontrar. Desde la muerte de mis padres, mi vida había sido bastante predecible, enfocada en mis estudios y mi carrera. Aunque Minhwa siempre había estado ahí para apoyarme, sentía que había una parte de mí que había quedado relegada, esperando por algo más que la rutina.

Pasaron las horas y el hospital seguía en su calma relativa, hasta que, después de un par de cirugías menores, me dirigí a la sala de descanso a almorzar algo rápido. Justo mientras terminaba mi comida, el sonido de una alerta en el sistema de emergencias resonó en los altavoces.

Jiwoon se apresuró a mi lado.

—Hay un accidente en camino —Me dijo—. Parece que vienen varios heridos.

Asentí, sabiendo lo que venía. Estos eran los momentos en los que la calma desaparecía y el hospital entraba en una especie de modo de emergencia. El equipo médico se activó y, en cuestión de minutos, estábamos preparados para recibir a los pacientes. Una vez más, la rutina quedaba de lado para dar paso a la incertidumbre.

Corrí hacia la sala de emergencias, el eco de mis pasos resonaba por los pasillos mientras me acercaba al caos que siempre acompaña un accidente de ese calibre. Las puertas automáticas se abrieron de par en par y lo primero que vi fue el destello de luces azules y rojas de las patrullas estacionadas justo frente al hospital.

Corazones en la sombra » JEON JUNGKOOK ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora