Piezas del pasado

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CONTIENE TEMAS RELIGIOSOS

Hace cientos de años cuando los españoles derrotaron al imperio de los Mexicas pocos fueron aquellos que lograron escapar de las masacres, los Dioses abandonaron a sus creaciones y los dejaron para que sobrevivieran a él cambio de ideologías que trajo el Imperio Español

Un mexica, uno de los pocos que escaparon juro venganza, por propia mano quería destruir a aquellas personas que le quitaron todo lo que tenía, su hogar, sus padres, su pueblo pero la debilidad de una persona es su corazón

Una noche mientras el mexica se infiltraba en la casa del general que mato a sus padres vio a su hija, una mujer de una gran belleza, cabello negro, rasgos definidos, ojos profundos y negros, piel blanca como la porcelana

Aquel mexica se había enamorado de esa joven mujer, pero no fue un amor normal, no, fue una obsesión, el mexica escapó nuevamente y volvió a la selva, el hombre no podía sacarse de la cabeza a aquella mujer así que por 128 días y noches le rogó a sus Dioses que lo oyeran dándoles ofrendas a cambio de que le dieran la oportunidad de estar con esa mujer

Xochiquetzal y Tezcatlipoca fueron los únicos en responderle, Xochiquetzal le entrego a aquel hombre un bello rubí rojo como la sangre que fluía por el corazón y Tezcatlipoca le entrego una pieza de obsidiana negra, tan negra como la noche más oscura sin estrellas

Aquel hombre empezó un arduo trabajo, corto y pulió ambas piedras dándoles forma, obtuvo plata y oro para darles un hermoso detalle, aquel mexica había creado una hermosa luna con la pieza de obsidiana y plata mientras que con el rubí y el oro creo un bello sol resplandeciente, el hombre convirtió ambas piezas en collares

Una noche el mexica entro en la casa de la mujer que lo había dejado obsesionado con su belleza, ella estaba a punto de dormir y estaba rezando a su único Dios como era de costumbre para ella, el mexica entro sin hacer ningún ruido pero aún así ella lo noto

-¿Quién eres y que quieres?-  pregunto esa mujer sin darse vuelta, el mexica respondió en su lengua materna cosas que dejo desconcertada a esa española quien se dio vuelta para verlo, en cuanto lo vio supo que había algo diferente en él, el mexica no pudo apartar la mirada de los ojos de esa mujer

El mexica sin dudarlo le ofreció a esa mujer los collares que había hecho, un trabajo puro que irradiaba magia, la mujer dudo pero termino tomando el sol y colocándolo alrededor de su cuello, el mexica quiso que ella tomara el collar de luna pero ella lo rechazo, tomo el collar y lo coloco alrededor del cuello del mexica, en ese momento ambos sintieron una sensación extraña en el pecho cosas que no pudieron descifrar

Para la mala suerte del mexica el padre de la joven mujer entro en su habitación y los encontró a ambos viéndome fijamente, el español saco al mexica de la habitación de su hija y estuvo apunto de matarlo pero su hija intervino colocándose en frente del mexica evitando que su padre atacará

-padre... Se que quieres matarlo pero porfavor no lo hagas, se que hay algo diferente en él, Dios lo puso en mi camino por algo y puedo sentirlo-  dijo la joven dama, su padre hizo una mueca de enojo y se fue, la mujer ayudo al mexica y el paso del tiempo le enseño a hablar español y le enseño sobre la palabra de Dios y porque era importante seguirla

Ninguno noto cuando pasaron 2 años, la mujer estaba cada vez más enamorada y el hombre cada vez estaba más obsesionado, el mexica descubrió algo interesante de ambos collares, con esos collares podía encontrar a la mujer, el collar lo guiaba, también eran una manera de comunicación pues rodó lo que pensaran lo recibía el otro, había ligado el alma de ambos

Con permiso del padre de la mujer ambos se casaron y tuvieron 3 hijos, unos de los primeros mestizos pero ellos no se parecían en nada a su padre, se parecían a su madre, cabello negro, ojos profundos y negros como la noche más oscura y la pien blanca como la porcelana, como el hombre no tenía algún apellido decidió que sus hijos llevarían el apellido de su madre:

Martínez

























Aquella pareja que unía a una española y a un mexica fue mal vista pero todo se calmó un poco cuando el hijo y las dos hijas de la pareja fueron iguales a su madre, cuando su hija mayor creció le entregaron sus collares para que ella los compartiera con el amor de su viva

Así fue que partir de ese día esos 2 collares han pasado de generación en generación al hijo mayor para que esté una su alma con la persona que ama, el portador del sol estará enamorado, el portador de la luna estaba obsesionado y por años se priorizo a las mujeres en esa familia llevando el apellido Martínez como primer apellido, por generación en esa familia todos nacían con el cabello negro, piel blanca y cremosa como una muñeca de porcelana y los ojos negros y profundos y muchas veces, inexpresivos

Así fue por más de 500 años hasta hoy, Isabela Martínez Hernández, mi madre adoptiva, se casó con un hombre ruso y al ser ella la hija mayor y descendencia directa de esa pareja mestiza heredó los collares, ella tenía el sol y Casear tenía la luna

Cuando mi madre Isabela murio mi padre casi muere con ella, guardo el collar del sol y jamás se quitó su collar de luna, por regla de la familia mi padre debía de darle los collares a mi tío y hermano de mi madre, Marcos para que el legado siguiera pero esto jamás paso, mi padre se aferró a ambos collares hasta hoy

Habían pasado dos meses desde que Izuku y yo nos habíamos hecho oficialmente novios y rápidamente se lo conté a mi padre ocultando muchos detalles de esa tarde, obviamente debía ocultarlo, ¿Cómo le contaría a mi padre que ya no era virgen? Pero eso fue lo de menos, mi padre en cuanto le conté que estaba saliendo con Izuku me preguntó:

-¿Quieres quedarte con él el resto de tu vida?- me preguntó rápidamente respondí sin dudar:

-más que nada, papá -  mi padre con una sonrisa me entrego ambos collares que alguna vez había compartido con mi madre, mi padre acaricio mi mejilla como solía hacerlo cuando era niña

-Jamás te arrepientas de tus decisiones, aprende de cada una de ellas y se mejor persona-    sonreí y lo abracé

Al día siguiente me dirigí a la escuela con ambos collares en una caja hermosa, me acerque a Izuku con una gran sonrisa

-Estos son una reliquia de mi familia, mis padres alguna vez los usaron en conjunto y quiero que tú y yo los usemos, juntos-  le dije a Izuku bajo un árbol de cerezo de la escuela, era nuestro lugar seguro para ambos, Izuku sonrió y me dio un suave beso en los labios

-gracias Victoria, agradezco que quieras compartir una reliquia de tu familia conmigo- me dijo suavemente sosteniendo mis mejillas, me soltó y tomo el collar de sol colocandolo alrededor de su cuello, el había escogido amarme a cambio de que yo me obsesionara con él, yo no era la heredera legítima de los collares por lo que no sabía que significaban

Me estaba metiendo en un gran problema sin siquiera saberlo.

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⏰ Última actualización: Oct 19 ⏰

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