Haechan llegó al edificio, sintiendo que su corazón latía con fuerza en su pecho. Cada paso que daba hacia la entrada le recordaba lo importante que era ese día. Al abrir la puerta, el familiar aroma de la madera y los sutiles ecos de risas y conversaciones le dieron la bienvenida. Era un lugar que había visitado muchas veces, pero siempre había algo nuevo que lo emocionaba.
Frente a él, un trípode sostenía un teléfono, listo para la transmisión. La luz suave del estudio iluminaba el espacio, creando un ambiente acogedor. Se sintió aliviado al ver que todo estaba en su lugar, como si el universo conspirara para que todo saliera perfecto. Se acercó al sillón, que lo esperaba con los brazos abiertos, y se sentó con una mezcla de emoción y nerviosismo.
Con las manos, se acomodó el cabello, intentando lucir perfecto. La chica del staff, una amiga de confianza que había estado a su lado en cada evento, le sonrió mientras se acercaba al equipo.
-¿Estás listo? -preguntó, con una chispa de entusiasmo brillando en sus ojos. Haechan podía sentir la energía positiva que ella transmitía.
-Sí, ¡listo! -respondió, intentando ocultar su nerviosismo. Sabía que estaba preparado, pero el peso de las expectativas siempre traía consigo un ligero temblor.
La chica presionó el botón de "play", y de repente, la pantalla se iluminó con la cara sonriente de una chica. Ella parecía emocionada, y esa energía positiva se sentía contagiosa.
-¡Hola!-exclamó la chica, su voz llena de alegría-. ¿Cómo estás hoy, Haechan?
Haechan sonrió, dejando que la calidez del momento lo envolviera. Sabía que esos instantes eran especiales, una oportunidad para conectarse con sus fans de una manera más personal.
-¡Estoy muy bien, gracias! -respondió, sintiendo cómo la adrenalina comenzaba a circular en su sistema. Había algo en la forma en que sus fans le respondían que lo hacía sentir vivo, como si cada interacción le recordara el propósito de su carrera.
Mientras la conversación avanzaba, las preguntas eran sencillas pero significativas. La chica al otro lado de la pantalla le preguntaba sobre su música, sus pasiones y su vida cotidiana. Haechan disfrutaba cada segundo, sonriendo y bromeando, sintiendo que cada risa compartida era un lazo que lo unía más a sus seguidores. Firmaba discos con dedicación, sintiéndose afortunado de poder compartir esos momentos con ellos.
La chica, visiblemente emocionada, continuó haciendo preguntas. Haechan se dio cuenta de que había un aire de intimidad en la conversación, como si estuvieran compartiendo un secreto entre amigos. La alegría que sentía era contagiosa, y cada respuesta que daba parecía fortalecer esa conexión especial que siempre había tenido con sus fans.
En medio de la charla, la chica lanzó una pregunta que lo tomó por sorpresa.
-¿Qué es Mark en tu vida? -preguntó, sus ojos llenos de curiosidad.
Haechan se quedó en silencio por un instante, las palabras flotando en su mente. No era solo una simple pregunta; era un reflejo de todo lo que Mark significaba para él. La imagen de Mark apareció en su mente, recordándole momentos compartidos.
-Es mi alma gemela -respondió finalmente, sin dudarlo. Una sonrisa sincera iluminó su rostro, y sintió que sus palabras llevaban consigo todo el peso de sus emociones-. Siempre lo ha sido y siempre lo será.
El aire en la habitación pareció cambiar en ese momento, como si las palabras resonaran no solo en su corazón, sino también en el de aquellos que lo escuchaban. La chica al otro lado de la pantalla sonrió ampliamente, como si comprendiera la profundidad de lo que acababa de decir.
-Eso es tan hermoso, Haechan. Es increíble tener a alguien así en tu vida.
-Sí, lo es -dijo, sintiendo cómo el amor y la admiración por Mark lo invadían-. Espero que todos puedan encontrar a su alma gemela también.
Mientras continuaban la conversación, Haechan se sintió agradecido por esos momentos de conexión. En cada risa compartida y en cada respuesta, sentía que estaba construyendo puentes entre su mundo como idol y el de sus fans. A medida que las preguntas seguían fluyendo, una profunda calidez llenaba el ambiente, recordándole que, aunque la vida como idol era a menudo complicada, esos momentos de sinceridad y amor eran lo que realmente importaba.
Finalmente, después de lo que pareció un tiempo fugaz, la sesión llegó a su fin. La chica del staff apagó el equipo, y Haechan se sintió renovado, como si cada palabra compartida lo hubiera acercado aún más a aquellos que lo admiraban. Pero en su corazón, siempre había un lugar reservado para Mark, su alma gemela, el amor que lo había guiado a lo largo de su vida, en esta y en todas las demás.
