capítulo 3

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— Ahí está mi mujer, mi señora, la dueña de mis quincenas.—cerré los ojos al escuchar a Riki y suspiré pesadamente. Riki no había dejado de molestarme con esa tontería durante las últimas tres semanas.

Ya no eran sólo los apodos cursis, sino que también comenzó a abrazarme y a intentar besarme en las mejillas para hacerme enfadar. Era bastante molesto y ya me estaba hartando de sus tonterías.

Sus bromas habían llegado tan lejos que hasta los profesores estaban al tanto de nuestro "noviazgo" y en varias ocasiones nos regañaron por aquello, dándonos un largo sermón de que debíamos enfocarnos en nuestros estudios y que debíamos dejar de perder el tiempo con amoríos que no llegarían a nada.

— ¿Qué estás haciendo, Koko?—intentó ver lo que estaba escribiendo en mi cuaderno pero lo cerré antes de que pudiera leer algo.

— Que te importa.—dije con frialdad.

— Oye, no seas grosera con tu hombre.—se sentó a mi lado y resoplé cansada.

— Ya para con eso, es muy molesto.

— Y por esa razón lo hago, me gusta verte enojada.—sonrió ampliamente.

— Quiero preguntarte algo...—me acomodé quedando cara a cara con él.— ¿Por qué me molestas tanto? ¿Qué te hice? Desde que entramos a la secundaria no has parado de molestarme cada vez que tienes la oportunidad.—Riki no dijo nada y simplemente me miró en silencio.

— Porque no me agradas.—fue su respuesta. Sonaba seguro de sus palabras pero ni siquiera pudo mirarme al decirlas, así que no le creí.— Ya me voy, Shota y Taki me están esperando.—se puso de pie y caminó hasta salir de la biblioteca.

— Será cierto que él...—susurré para mí misma y agité la cabeza alejando esos pensamientos. Riki no podía estar enamorado de mí, no tenía sentido, alguien normal no molestaría a la persona que le gusta, eso era muy tonto.— Creo que me estoy volviendo loca...—hablé en voz alta y reí olvidando por completo donde me encontraba.

 — Creo que sí estás loca.—escuché a un par de metros de mí y me quedé congelada en mi lugar, ¿alguien me había escuchado reírme como una desquiciada? Me giré lentamente y me encontré con un chico sentado en la mesa contigua a la mía.— Eres la novia de Ni-ki, ¿cierto?—me sonrojé al oírlo. ¿Así me conocían todos? ¿Como la novia de Riki?

— No...—carraspeé antes de seguir hablando, ¿por qué tenía que explicarle la verdad a un extraño?— No soy su novia, Riki sólo está bromeando con todo eso para hacerme enojar, pero la verdad es que no somos novios ni nada, ni siquiera somos amigos.

 — Oh, ¿de verdad?—el chico se levantó y tomó asiento en mi mesa, a sólo un par de sillas de la mía.— ¿Entonces estás disponible?—me atraganté con mi saliva, tosiendo tan fuerte que la bibliotecaria tuvo que callarme.

— ¿Qué?—susurré con la voz rasposa.

— Te he visto por los pasillos y me pareces muy linda...—se apoyó en la mesa y me sonrió, provocando que mis mejillas se tornaran de un color rojizo.— Podrías usarme para devolverle la jugada a Ni-ki y tal vez así deje de molestarte.

— ¿Devolverle la jugada? ¿A qué te refieres?—pregunté con curiosidad, si había alguna manera de hacer que Riki dejara de fastidiarme y hostigarme, la haría.

— Te lo contaré después, tengo que irme a mi club, ya voy tarde.—se colgó la mochila en el hombro y se paró, despidiéndose de mí con la mano.

— Espera, ¿cómo te llamas?—lo detuve antes de que se fuera.

Loving My Idiot Classmate | Riki NishimuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora