o c h e n t a y s i e t e

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Volví al patio de la escuela, pensaba ir al baño, hasta que vi un bulto de color marrón en medio del pasillo. Una libreta.

- ¿Hola? - Dije. - A alguien se le cayó esto. - Tome la libreta. - ¿No es de nadie?

La abrí, la leí, la cerré y me sorprendí.

Era la letra de Harry. La conocía bien, nadie la conocía mejor que yo, obviamente.

Eran poemas, poemas de amor dedicados a alguien. Ese alguien para mí aún era anónimo. Pero uno me sorprendió mucho.

. Mi flor de luto, mi compañera...
Tus ojos son como grandes mares,
Tu sonrisa es como un sol que alegra mis días, tu risa es como una brisa que me hace sentir vivo, porque sin ella no soy nada.
, mi pelirroja. Mi curiosa, mi perfecto reflejo de la persona ideal.
, mi fiel amiga, aquella de la que siempre recibo una respuesta.
, mi estrella, quiero pedir un deseo: Jamás te vayas de mi lado, de mi alcance.
, T, eres especial; si tu lloras, yo lloraré, si tu ríes, yo reiré, si triunfas, triunfaré contigo, si tienes un obstáculo, lo solucionaremos juntos.
Eres mi sol, mi luna y las estrellas, eres mi campo con flores. Te pido nunca arrancar esas flores, porque si lo haces, faltará algo de ti y te lastimará.

Te amo.

Debía abrazarlo, debía decirle todo lo que siento justo ahora.

Corrí por los pasillos hasta el salón de clases en el que él estaba.

Abrí la puerta, interrumpi la clase pero no me importaba. Lo único que quería era decirle lo que siento, lo que realmente siento.

- ¡Harry! - Exclamé y el levantó su cabeza. Tenía cara de confusión pero yo sólo le sonreí. - Big Man, ¿puede dejarnos solos? - Big Man era el apodo que le habíamos puesto al profesor más alto.

- ¿Big qué...?

- ¡Gracias! - Tiré del brazo de Harry para que venga a fuera conmigo.

Le sonreí y suspire.

- ¿Y bien...? - Dijo él aún confundido.

Todo pasó en un segundo, la libreta, el poema, el salón, todo. Todo fue tan rápido que no tenía conciencia del tiempo que llevaba, ¿que le digo?, ¿como actúo?.

- Harry... Creo... Creo que esto te pertenece. - Saqué la libreta de mi mochila. - La leí. - Se la entregué.

- Son cosas privad...

- No sabía que escribías poemas. - Lo interrumpí. - Unos muy bellos, ¿para quién son?

- Tatiana... - Empezó a decir. - No hay una Emily. No hay un "me gusta Emily". - Dijo.

- Oh, entiendo. Fue todo una mentira. Pero aquí no eres el único que ha mentido. - Le dije mirando el suelo.

- ¡¿Que tú me has mentido?! - Levantó mi mentón.

- No hay un "quiero una relación de amistad". Me gustas, Harry. Me gustas. - Lo miré a los ojos.

Tenía los ojos cristalizados, ese verde esmeralda ya no estaba como antes, ahora iba a llorar; y si el lloraba yo lo haría también.

- Te amo, H. Sinceramente no puedo creer todo lo que ha sucedido en tan sólo cuatro meses. El haberte conocido, el haberte hablado, el haberte pensando todas las malditas noches y por tu culpa no conciliar el sueño. Pero me alegra pensar en ti, porque sé que de esa manera no te olvidaré, y pensándote quedarás en mi memoria y no quiero parar de pensarte porque eres perfecto. Una persona tan buena existe. Una persona tan sincera, respetuosa a veces, no olvides lo de mi padre. - Reí. - Eres una persona tierna y aquella a la que quiero a mi lado...

All the love. H »h.s Donde viven las historias. Descúbrelo ahora