dudas

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Spreen no era el tipo de persona que solía salir a bares o antros seguido, incluso se podría decir que nunca, pero esa noche su amigo carrera lo convenció a ir a un famoso bar de tortillaland, no era porque realmente quisiera, pero últimamente había estado algo confuso sobre el mismo con sus sentimientos y quería dejar de lado eso por al menos unas cuantas horas.

Con estar confundido con sus sentimientos se refería a temas del amor y cosas que según el "solo sirve para estorbar", idea que confirmaba por el mismo cuando sentimientos de más empezaron a surgir con su amigo Juan.

Odiaba estar enamorado, era solo un estorbo esa emoción.

Cada que miraba al hechicero no podía evitar sonreír como idiota, pero no era su culpa, si no de la belleza del de gafas redondas.

Spreen no podía hacer más que negar esos sentimientos, pues aún si decía que no le tenía a nada, era mentira, su temor al rechazo era más grande, pero tampoco mentiría que su amor hacia el hechicero también era igual de grande.

bueno, así creía hasta el momento que Juan se le declaró, Juan había citado a spreen en su santuario y ahí fue cuando le dijo todo, pero el oso en vez de alegrarse sintió miedo, miedo de que todos al enterarse lo vieran como un "marica", miedo a que Juan dañe su reputación, miedo al rechazo.

Sabía que tan solo había pasado dos días de ese momento pero toda la escena se le había quedado trabada en la memoria.

"Spreen, no se cómo te tomes esto, pero ya no aguanto sentir el nudo en mi garganta, ya no aguanto la necesidad de expresarme, quiero vivir junto a ti por la eternidad, quiero que me hagas tu esposo, que estemos juntos sin importar lo que pase, te amo, Spreen."

Toda palabra que soltó el hechicero fue como un valde de agua fría sobre el oso, no supo cómo manejar la situación, dañando los sentimientos de los dos.

"Juan, no se que te hizo creer que yo tuviera esas ideas en la cabeza, no me hables más, no me voltees a ver, me das asco, no quiero que piensen que yo soy como vos."

Mentiras, más y más mentiras, con cada mentira que decía era como un dolor punzante en su pecho, pero no entendía el porque, al final, ¿era lo correcto no? Un hombre no puede estar con otro hombre, verdad?

O bueno, esa era la mentalidad de Spreen.

El oso se había sumergido tanto en sus pensamientos que no se dio cuenta que ya había tomado más de 5 shots de vodka, lo suficiente para empezar a estar ebrio por el poco alcohol que tomaba.

Pero aún así, sin importar lo ebrio que estuviera esas palabras seguían retumbando en su mente.

"Te amo, Spreen."

Bebió más y más, intentando simplemente olvidarlo.

"Te amo, Spreen."

No lo entendía, no importaba cuánto tomara, ese momento seguía como si lo estuviera viviendo, y eso le empezaba a hartar.

"Te amo, spreen."

Esas palabras lo consumían, acaso había estado mal lo que había hecho? No podía ser posible.

"TE AMO, SPREEN."

— Boludo, estás bien? si sigues así vas a romper el vaso — pregunto Carre por el notable estrés de Spreen.

— Ah, si, solo ando un poco estresado — suspiro mientras dejaba el vaso de lado, estresado de todo.

— bueno, que te parece si vamos a divertirnos, no solo vinimos a beber — dijo el de pijama azul con una sonrisa

Carre no lo admitía pero, estar pasando tiempo con su mejor amigo le emocionaba, ya que hace mucho tiempo no pasaban tiempo de calidad, pues spreen era un empresario con obvio poco tiempo y lo quería sacar de esa burbuja de puro trabajo.

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⏰ Última actualización: Oct 20 ⏰

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Good Luck, Babe! - spruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora