Después de que todo le fue arrebatado y lo único en pie es la venganza, termina cayendo en los brazos de un vanidoso Omega que lo seduce
Un hermoso Omega de cabellos rubios y su deseo de venganza llevará a Min a cometer locuras.
Yoonmin
Omegaverse...
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El alfa tenía a aquel Omega atrapado entre sus brazos, apuntando hacia el cuello del omega rubio tenia un trozo de vidrio de aquel ventanal.
Lo presionaba fuerte causando una pequeña herida en el cuello, no era para menos, cuando ya tenia a toda la guardia real apuntando con sus espadas listos para un descuido.
No quería pensar , realmente estaba atrapado, había fracasado estrepitosamente al matar a ese hombre y ahora tenía a un Omega como rehén.
No estaba orgulloso de sus acciones.
El Omega en cuestión no se movía, sentía como al hacerlo el filo irregular de aquel trozo de vidrio rasgaba más su delicada piel.
Cada milímetro, se acercaban más y más, tenía que actuar.
No tuvo más opción que saltar desde ese balcón a cuestas del Omega, era su volteo de escape hacia la libertad y su venganza.
Mientras corría hacia el bosque cargaba a cuestas a un Omega asustado, su aroma a rosas delataba miedo pero algo más que Min no estaba dispuesto a averiguar en ese instante, necesitaba escapar.
Entre los árboles frondosos se detuvo el alfa bajando al Omega de manera brusca
Auch.
Fue lo que escucho Min, no le importo,trataba de ver si estaban cerca de él o sus posibilidades de escapar, no importa hasta que el aroma a Omega se hizo más fuerte.
Mierda, ese bastardo.
Aquel Omega estaba empezando a soltar cada vez más feromonas, estaba en celo, Min golpeó su cabeza contra uno de los árboles que tenía a su disposición.
Había secuestrado a un Omega en pleno celo y ahora estaba que gimoteaba llamandolo y tratando de restregarse en él.
El casi nulo aroma que dejaba escapar se intensificó. Estaba perdiendo la cabeza por el llamado de ese Omega.
No puedo perder la cabeza asi
El alfa estaba debatiendo sobre que hacer, por un lado las feromonas del Omega alertarían rápido a los guardias que lo perseguían y por otro el Omega lo estaba seduciendo cada vez más con ese aroma a rosas.
— Por favor —
El chillido del Omega lo paralizó, había volteado a ver cómo el Omega se acercaba cada vez más a él, ni siquiera había notado el que estaba tratando de alejarse del rubio.
Al final el Omega se apego a la espalda de Min, frotándose cada vez más. — Ven, alfa —
No pudo resistirse, su mente se nublo lo suficiente para no pensar en el peligro que estaba corriendo, solo quería complacer la petición del Omega en celo.
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