𝙇𝙡𝙪𝙫𝙞𝙖

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Soltó un suspiro cuando el agua tibia cubrió su cuerpo.

Harry lo había ayudado a darse una ducha en la regadera para limpiar su cuerpo antes de entrar a la bañera.

No entendía por qué Harry decidió meterse con él también en la bañera, pero no se quejó y decidió acomodarse entre los brazos contrarios.

Draco no estaba seguro qué es lo que iba a pasar con la relación entre ellos después de esto. Tal vez, dejarían de hablar y de verse porque ya no era necesario. Incluso a pesar de que estaban trabajando bajo la misma empresa, nunca se había encontrado en esta.

—¿Te duele o siente incomodidad en alguna parte?— preguntó al verlo tan callado.

—No, estoy bien. Solo me siento cansado.

—Perdón por dejar tantas marcas.

—No te preocupes por eso. En unos días desaparecerán.

Y sin entender por qué, a Harry le molestó la idea de que las marcas que hizo sobre la piel, lechosa y suave de Draco, desaparecieran.

Las manos del castaño empezaron a masajear algunas zonas del cuerpo de Malfoy para que se relajara. Pero una cosa llevó a otra.

Draco podía sentir el, ahora duro, miembro de Harry frotarse contra su trasero mientras ambos se besaban dentro de la bañera. Sus manos se enredaban en los húmedos cabellos de Harry; las de él tanteaban su entrada, haciéndo suspirar.

—Ha-harry~

Su gemido pareció hacer que el castaño se pusiera aún más duro y necesit…

Toc, toc.

Se escuchó que tocaban la puerta de la habitación de la suite.

—Chicos, soy Blaise.

—Mierda— escuchó a Harry maldecir— Iré yo. No te quedas mucho tiempo o el agua se enfriará y podrías enfermarte— dijo colocándose una bata.

—Pero… eso se ve doloroso— comentó refiriéndose a la erección.

—No te preocupes— dejó un beso en su mejilla— Bajará pronto.

Draco decidió no quedarse más tiempo en la bañera cuando Potter se fue. Secó su piel, se puso crema hidratante en el cuerpo, su ropa interior, una bata y salió

Vio como Harry hablaba con Zabini. Pero su amigo le dejó de prestar atención en cuanto lo vió salir del baño. El chico caminó hacia él con prisa y lo tomó entre sus brazos.

—¿Estás bien? ¿Te duele alguna parte? ¿Cómo te sientes?— preguntó sin esperar respuesta.

—Blaise, estoy bien, no te preocupes.

—Bueno, igual te traje algo para el dolor y ropa cómoda. Fui a tu casa por un pants y una sudadera mía— Draco rió— Ya vi dónde fueron a parar todas las sudaderas que creí haber perdido.

Zabini lo ayudó a vestirse aunque no se lo haya pedido y con cuidado lo cargó entre sus brazos para llevarlo a casa.

—Potter, cualquier cosa que surja, no dudes en contactarnos— dijo Blaise antes de salir.

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Era un día lluvioso y frío, había algo de viento, pero dentro de su casa estaba calientita debido al calefactor. Solo llevaba una sudadera, su ropa interior y unas calcetas afelpadas que le permitían andar por el lugar cómodamente.

Estaba leyendo un libro que una de las chicas que trabajaba en su equipo le recomendó. Las chicas siempre le recomendaban buenos libros y luego se ponían a platicar de ellos mientras lo arreglaban.

Pero su lectura se vio interrumpida por el sonido del timbre del departamento.

Frunció el ceño.

No esperaba a nadie y no había pedido nada. Eso solo significaba una cosa.

—¡Blaise, no me digas que perdiste las llaves de nuevo!— gruñó abriendo la puerta— ¡Esta sería la déci- ¿Harry? Dios, ¿estás bien?— preguntó al verlo completamente mojado.

—Sí, todo bien. Yo… solo quería hablar contigo.

Draco frunció el ceño, esta vez confundido, notando la seriedad en la voz de Harry.

—Claro, pasa. Primero iré por algo para que te seques— dijo cerrando la puerta para luego caminar hacia su habitación, pero la mano de Harry en su muñeca lo detuvo— ¿Qué sucede?

—He estado pensando mucho últimamente, especialmente desde que terminamos el proyecto. Me di cuenta de que... bueno, que hay algo más que siento por ti y que no puedo seguir ignorando.

Malfoy lo miró con sorpresa, sin saber cómo reaccionar. Pero el castaño no detuvo sus palabras, mirando fijamente a Draco.

—No solo fue trabajo para mí. Desde que empezamos a hablar, me di cuenta de que me gustas de una manera que no esperaba pero que no entendía. Cada risa, cada mirada, hace que mi corazón se acelere.

Harry parecía seguro, pero al ver la mirada de sorpresa del rubio, empezó a dudar. Aún así tenía que decir todo lo que sentía o no estaría satisfecho.

—Tardé en darme cuenta que no era solo una fase y que es más profundo. No quiero que esto termine aquí porque me gustas, me gusta todo de ti. ¡Y dios, me vuelves loco!— alzó la voz desesperado— No verte, tocarte o hablarte estos últimos días fueron una tortura.

Malfoy se quedó en silencio, procesando las palabras de Harry. Pero finalmente, esbozó una sonrisa y luego se rió al ver la cara del castaño, se veía, desesperado.

—Harry, no sabía que todo eso pasaba por tu cabeza. Pero yo… yo me he sentido igual, solo que pensé que para ti todo era trabajo.

Potter sintió un alivio inmenso, su corazón se llenó de esperanza ante las palabras del rubio.

—Dios, no, no fue solo trabajo. Draco, cada día sin verte se sintió como una eternidad. No quiero perderte, pero no puedo seguir fingiendo que no me gustas. Eres increíble, y me asusta pensar en que podría perderte por no decirte lo que siento— sus palabras resonaron en el aire, se veía tan vulnerable al hablar de lo que sentía.

Hecho un revoltijo de emociones y sintiendo la tensión entre ambos, Draco tomó entre sus manos el rostro húmedo de Harry y lo besó. Impidiendo que siguiera hablando y dejándole en claro que se sentía igual que él.

—Yo también quiero esto, Harry— dijo juntando sus frentes al terminar el beso.

—¡No puedo creerlo!— tomó a Draco entre sus brazos y lo abrazó con fuerza, mojando la ropa del rubio en el proceso—  Cariño, me haces tan feliz.

Malfoy solo reía ante los besos que Harry dejaba en su rostro. El último beso fue en sus labios, que poco a poco fue subiendo de tono.

Las manos grandes del castaño se colaban entre su ropa, acariciando y amasando su cintura, para luego descender hacia su trasero. Igual sus besos pasaron de sus labios hasta su lechoso cuello.

Harry se detuvo de golpe y lo miró con el ceño fruncido.

—¿Qué sucede?— preguntó confundido.

—¿Esta sudadera es de Zabini?

—¿Uh? Sí— Harry frunció más su ceño— Cuando se queda en casa se las robo porque son cómodas y me quedan grandes.

—Bebé, a partir de ahora no más sudaderas de Zabini porque ahora tendrás las mías.

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Aún falta un extra desde el punto de vista de Harry, porque me di cuenta que todo se narra desde el lado de Draco.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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𝘼𝙙𝙪𝙡𝙩 𝘾𝙤𝙣𝙩𝙚𝙣𝙩 [Harco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora