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Trate de no parecer tan agitada cuando volví a mi apartamento. Como cada vez, me di una ducha para así borrar su aroma de mi piel, y como siempre, hacer como si lo que pasa cada día en las sombras ni siquiera existiera.
Hubiera querido irme a dormir pero habíamos quedado para cenar, y de nuevo yo no pude decir que no.
Mientras los seis amigos caminábamos hacia el restaurante y todos compartíamos como había sido nuestro día, a propósito me había quedado hasta atrás siendo la última, por algún milagro él también.
Nuestras manos se rozaron por un instante y al sentir su toque de nuevo, mi piel se puso de gallina. Ambos nos miramos y sonreímos; solo podíamos usar nuestras miradas cuando estábamos rodeados de más personas. Ya nos habíamos acostumbrado, y por eso descubrimos que aveces no es necesario decir mucho para saber que la otra persona se siente a gusto contigo.
En ese momento todo se sintió bien, todo se sintió tranquilo y me sentí en paz, como todas esas veces que nos vemos en los pasillos de la universidad o en las sombras de una calle oscura. Pero, nuestro momento se fue tan rápido como mire al frente y noté que su novia, Vanessa, nos miraba extraño.
Me maldije a mí misma y a él por ser tan descuidados al estar en un lugar tan público tratando de tan solo sostener la mano del otro.
Después de hacerle una seña, Nicholas caminó hacia su novia de nuevo y yo me quedé sola, siendo envuelta por el frío del invierno.
Durante la cena todos charlaban, nuestra mesa estaba llena de risas y pláticas; Nicholas se había sentado justo frente a mi a si que era difícil no durar mucho tiempo mirándonos. Eso causó que Vanessa me mirara a mí. Me mordí mi labio inferior y miré hacia abajo al pensar que ya nos había descubierto.
Últimamente me había preocupado menos sobre quien nos podía ver al estar juntos en secreto. Era difícil de admitir, pero algunos días imploraba que alguien nos viera y dijera algo, y así, el secreto de Nicholas y mío saldría a la luz.
Seguí comiendo mi comida, pero al ver como Nicholas abrazaba a Vanessa y la besaba en la mejilla, me puse incómoda. No pude evitarlo y es que al ser amada por él en secreto, mi pecho se llenaba de tristeza y frustración al ver como él hacía ese tipo cosas con Vanessa, a quien si podía abrazar y besar frente a todos.
Me disculpé y pretendí que me tenía que ir, nadie me detuvo ya que evadí todas sus preguntas fácilmente.
Una vez fuera del restaurante y que el frío secará mis labios, comencé a recordar porque seguía manteniendo mi amor por Nicholas en secreto. La razón más obvia era Vanessa, pero, ¿porque Nicholas no había terminado con ella aún? Llevábamos 5 meses saliendo en secreto, amándonos en las sombras, y aún así, el tema sobre él y Vanessa nunca había sido mencionado entre nosotros.
— ¡T/n, espera! — escuché gritar a Nicholas detrás de mí.
Me detuve inmediatamente y voltee a mirarlo.
— ¿Que haces aquí? — pregunté una vez que me acerqué a él.
— ¿Por qué te vas? Acabamos de llegar.
— No actúes como si te importara, ¿si?
— Sabes que si me importa T/n.
— ¿Y porque aún sigues con ella? — pregunté bajando la mirada.
No hubo respuesta, y era la verdad, no había respuesta a esa pregunta. O al menos no una buena excusa para mentirme.
— No he encontrado el momento adecuado para decirle...
— ¡Mentira!, han tenido bastantes peleas en las cuales le pudiste aver dicho, y lo sabes. Nicholas, estoy cansada, yo te amo, pero no creo que pueda seguir haciendo esto... — dije mientras sentía como mis ojos comenzaban a arder.
— ¿De que estás hablando?
— ¡De nosotros! Estoy cansada de tener que verte solo en las sombras y que no pueda ni sostener tu mano mientras caminamos en la calle.
— Pero T/n...
— No Nicholas, — dije negando con la cabeza, — estoy harta de fingir que verlos juntos no me afecta, y que quisiera gritarle a todo el mundo lo feliz que me hace el estar contigo...
Al verlo vi como a él también le dolía escuchar la verdad de lo que estaba diciendo.
Mi primera lágrima rodó por mi mejilla, Nicholas la limpió tratando de acercarse a mi. Su toque era cálido, tan cálido que por un momento me arrepentí de lo que había dicho. Solo que al mirar atrás de él, y ver que la puerta del restaurante se abrió y Vanessa salió solo para cruzar sus brazos al vernos, me hizo tomar un paso atrás, alejándome de Nicholas.
— No puedo seguir siendo la razón por la que alguien más sufra al no tenerte al cien por ciento. Asimilémoslo, tú nunca vas a romper con Vanessa, y yo... jamás seré a quien escojas.
Nicholas solo bajo la mirada y no dijo nada, al verme sus ojos estaba llorosos pero aún así, se mantuvo callado.
Mi corazón se partió en dos y decidí darme la vuelta y dirigirme a mi apartamento. Me mordí mi labio y mis puños se apretaron al mismo tiempo que mis lágrimas rodaban por mis mejillas. Con cada paso que daba, quería detenerme y volver a sus brazos.
Justo antes de venir a cenar, antes de darme una ducha y borrar su aroma de mi piel, recordé el como sus labios se sentían sobre los míos, el como me susurró que me amaba y la forma que sus abrazos eran capaces de hacerme sentir en casa, segura y tranquila.
Ahora entendí el porqué seguía con nuestra relación en secreto, para mí tener a Nicholas, al menos por unos momentos, era mejor que no tenerlo en absoluto.
Yo en verdad lo amaba, y con toda mi alma. Él se convirtió en todo para mí, y aunque sabía que al estar con él en secreto me convertiría en la otra mujer, no me importó. Al estar junto a él, sintiéndome amada por él, nada importaba.
Después de hoy eso cambiaría, y tal vez para mejor. Al final, lo nuestro solo había sido asuntos ilícitos.
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