P A Y B A C K | C H E S T A P P E N

S O L O U N O

"Pasar página".

Eso es un buen dicho. Dejar atrás el pasado y ser una buena persona siempre será lo correcto. Sin embargo, sería mejor tener una situación en la que no tenga que pasar página en primer lugar. Desafortunadamente, no estaba en la mejor situación, porque era un completo idiota siendo el típico rufián.

Desde la escuela secundaria, me suspendían con frecuencia por hacer todo tipo de cosas malas y me expulsaron de la preparatoria después de no asistir durante un año.

Mi madre, quien nos crio a mí y a mi hermano sin un esposo, también dejó de regañarme llena de desesperación cuando me expulsaron de la escuela. Ella debió haber estado muy cansada, debió haber querido perder la esperanza en su hijo mientras estaba ocupada trabajando en un restaurante desde el amanecer para poder llegar a fin de mes.

Después de no ir a la escuela, pensé que mi mundo era como un potrillo sin riendas, así que hice todo lo que quería. Tomé dinero a la fuerza de las personas que vestían uniformes escolares de la misma edad, les robé el dinero a los borrachos y bebí alcohol todos los días. Libre de la interferencia de nadie, fumaba dos o tres paquetes al día, y luego comencé a consumir drogas, comenzando por la que alguien me dio. Me hice un tatuaje para presumir, monté una motocicleta, salí con tipos como yo y peleé.

Probablemente porque lo único que sabía hacer era pelear, lideraba el grupo y disfrutaba haciendo hazañas peligrosas en la motocicleta en medio de la noche. Pensé que era genial en ese momento.

Pensé que era un gran tipo.

Todos me tenían miedo, incluso los compañeros que estaban encerrados en la escuela como cerdos y solo estudiaban, ni siquiera se atrevían a mirarme a los ojos.

Poco sabía que todo esto gradualmente me adormeció y me empujó a un abismo ineludible.

De vez en cuando, escuchaba algunas historias sobre personas que lograban cambiar de página, una de las cuales, dice que un día de repente se sintió escéptico acerca de sí mismo y volvió en sí.

¿Qué tan bueno sería si yo pudiera hacer eso también?

Hubiera sido bueno si me hubiera mirado al espejo y me hubiera encontrado con el delincuente de pelo rubio y entonces haber recobrado el sentido. Sé que es inútil arrepentirse ahora, pero cuando pienso en el pasado, la culpa pesa sobre mi corazón.

Cuando otras personas alcanzaron la edad en la que tenían que apresurarse para prepararse para los exámenes de ingreso a la universidad, trabajé para un negocio de préstamos y les dije que estaba consiguiendo un trabajo. Lo que hacía era cobrar el dinero.

La mayoría de las personas que no pudieron pagar el préstamo eran personas que apenas podían vivir, pero que no tenían dónde huir porque eran muy pobres. Sin embargo, en mi opinión, solo era un pago extra. Cometí violencia, amenacé a mujeres y niños, esperaba hasta la medianoche y los apuñalaba con un cuchillo. Hice cualquier cosa para conseguir el dinero.

La cantidad de dinero que gané fue mayor de lo que pensaba y estaba tan orgulloso como siempre.

Mira, ganar dinero es fácil.

Todo el mundo me tenía miedo y parecía que no había nada que no pudiera hacer. Mi mamá, que pasó una década trabajando en el restaurante y no pudo salir de ese sótano de una habitación individual, era lamentable e irritante. Así que nunca traje a casa el dinero que ganaba. Estaba ocupado usándolo para entretenerme. Bebía licor caro todos los días, deambulaba por bares y pubs de lujo y disfrutaba sintiéndome una persona increíble.

La única persona en la que gasté dinero fue en mi amante, Lando Norris. Habiendo abandonado la escuelas como yo, era un hombre guapo que podía hacer creer a la gente que era una mujer.