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Solté el humo de mi cigarro y esperé a que me abrieran la puerta

Volví a tocar, Pero está vez con más desesperación, la puerta se abrió dejando ver a un Jungkook bastante molesto

Jungkook: ¿Qué quiere? ¿No cree que es muy temprano para andar molestando?

Nam: que bueno que te molesta, así me molestas tú cuando tocas a mi puerta, cuando trato de coger con mi mujer -lo mire serio-

Nam: escúchame muy bien jeon, no te quiero cerca de mi casa, no te quiero cerca de mis hijos y sobre todo, no te quiero cerca de mi esposa

Nam: por qué si te vuelvo a ver en mi casa, y comiéndote mi pastel te voy a dar una paliza que se te olvidará hasta el nombre

Jungkook: ja! Yo no te tengo miedo, soy más fuerte que tú, entreno 6 horas a diario, no eres rival para mi Kim

Nam: tú podrás ser todo lo que quieras, Pero cuando se trata de runa soy capaz de lo que sea

Nam: ya me peleé por ella una vez y lo volvería hacer -me iba a ir, pero lo que dijo me saco de mis casillas-

Jungkook: pss~ no me asustas abuelo, si yo quiero me cojo a tu esposa en tu misma cara, ninguna mujer se resiste a mí

Jungkook: seguramente ya le has sido infiel, lo único que tengo que hacer es aprovecharme de eso y ella solita caerá rendida a mis brazos

Me di la vuelta y le tire un puñetazo en el rostro, me lance sobre él y empezamos a pelear
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Runa: mira nada más como quedaste -limpie la cicatriz de su ceja- dios, nene, ¿por qué peleaste?

Nam: yo no estoy tan mal, solo unos cuantos rasguños y moretones, él quedó peor -reí al saber que lo había mandado al hospital medio muerto-

Runa: la última vez que te peleaste así, no te vi por todo un año, no quiero que te separen de mí otra vez -termine de curar sus heridas-

Nam: dulzura, no me pasará nada, despreocúpate -besé sus labios- ahora vamos a la habitación, nene necesita un poco de tu amor y una buena ronda de sexo rudo

La cargue en mi hombro y corrí hasta nuestra habitación

Iba a aprovechar que los niños tenían una excursión de la escuela hoy, así que tenía todo el departamento para nosotros dos solos

Me voy a asegurar de dejar su coño lleno de mi leche en cada rincón del departamento

Nuestra dulce historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora