"Esto... Es extraño, lo último que recuerdo es estar en una batalla a muerte contra Sukuna y ahora, estoy aquí, como un pequeño bebé. No imaginé que yo iba a renacer en algún momento, pero creo que esto está bien"
Satoru Gojo, el hechicero más fuerte de Japón, había muerto a la edad de 28 años, a manos de Ryomei Sukuna, pero nuestro querido Satoru había reencarnado en un mundo pacífico, el adorado peliblanco podía vivir una vida tranquila, y así fue, pero....Satoru sentía que algo, o alguien, faltaba en su vida.
El albino creció sin problemas, manteniendo los recuerdos de su vida pasada, no entendía como pasó esto, pero era lo que menos le importaba, él quería encontrar a esa persona especial en su vida pasada, Suguru Geto
Desde que pudo, empezó a salir por cuenta propia, buscándolo en cada calle, cada rincón, cada centro comercial y cada local, pero no había rastro de Suguru.
Un día caminando por ahí, logro ver un campo abierto, un paisaje espectacular, dónde logro ver unas criaturas hermosas y que mostraban aquel lazo que él buscaba
-Eh? Y este lugar?- Preguntaba el peliblanco con curiosidad. En los dieciocho años que llevaba en su nueva vida, nunca había visto un lugar así de hermoso y pacífico.
La vista lo deslumbraba, hasta que algo llamó su atención. Eran dos mariposas, una color blanco y otra de color negro, parecían estar siguiendose una a la otra. Satoru, al verlas sintió algo de tristeza.
-Es lindo ver cómo las mariposas parecen estar juntas siempre, verdad, Satoru?- habló una voz familiar para el recién nombrado.
-Esa voz...- pensó el ojiazul -suena igual a la de....- levantó su mirada, apreciando que frente a él estaba un chico de su misma edad, con cabello largo, lacio y negro, ojos rasgados de un color morado y una cálida sonrisa.
-me da gusto verte Satoru- dijo aquel chico de cabellera negra, el peliblanco no lo podía creer, esa persona, a la que estubo buscando por tantos años, estaba parado justo frente a él.
-Suguru...- dijo el peliblanco con un nudo en su garganta, mientras acortaba la distancia entre ambos.
Suguru extendió una mano hacia Satoru, haciendo que este mismo la tomara. El pelinegro lo jaló hacia él y lo abrazó gentilmente.
-Te extrañe Satoru- dijo el pelinegro con una sonrisa. -Yo también te extrañe Suguru....- dijo el albino, mirándolo con los ojos llenos de lágrimas.
Ambos se miraron a los ojos, quedando un momento en silencio, hasta que Satoru decidió romper ese silencio -me gustas Suguru- dijo, haciendo aparecer un leve sonrojo en sus mejillas -y tu a mi Satoru- contestó el pelinegro con una sonrisa.
Satoru tomó de las mejillas a Suguru y lo besó gentilmente, siendo correspondido por el azabache.
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FIN
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Espero que les haya gustado muchisimo este fanfic (*´ω｀*) Lo hicimos con mucho amor mi mejor amiga y yo! ( ꈍᴗꈍ)
El dibujo final lo hizo mi mejor amiga, le quedó preciosoooo!(≧▽≦)
