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Felix solía soñar con ser muchas cosas. Cuando era niño, solía imaginarse como un astronauta, explorando las estrellas en busca de mundos desconocidos. Otras veces, se veía como un músico, llenando estadios con su voz y recibiendo el amor de miles. Tenía una madre que lo abrazaba antes de dormir, y un padre que lo alzaba sobre sus hombros, haciéndolo sentir invencible. Era una vida que, en su inocencia, creyó que siempre estaría ahí.

Pero la realidad se encargó de aplastar esos sueños con la misma rapidez con la que se formaron. Su madre enfermó cuando él aún no entendía el significado de la muerte. La enfermedad la consumió lentamente, dejando a su padre solo y devastado. El hombre que solía ser su héroe se desmoronó, refugiándose en el alcohol y las apuestas. Lo perdió todo: el dinero, la casa y, finalmente, la dignidad. Felix lo recordaba sentado en la sala oscura, la botella en una mano y los ojos perdidos en algún punto que Felix no alcanzaba a ver. Su padre ya no era el hombre que él conoció. Al final, el hombre se quitó la vida, dejándolo solo, con una deuda que no había pedido y una carga que no le pertenecía.

Fue en ese momento cuando Felix cayó en el abismo. Un pozo negro sin fondo del que no veía salida. La vida no tenía misericordia; lo arrastraba hacia abajo, sin importar cuánto se resistiera. Y cada día que pasaba, sentía que se hundía más. ¿Era ese su destino? ¿Ser engullido por la oscuridad, por las decisiones que otros habían tomado por él?

La idea de ser feliz le parecía un espejismo, algo que alguna vez estuvo al alcance de su mano, pero que ahora era imposible de recuperar. La felicidad era para los que no llevaban cicatrices en el alma, para aquellos que nunca habían sentido el frío de la soledad y el peso de la desesperanza.

Felix llevaba días pensando en la propuesta que le había hecho el detective Hwang. No era la primera vez que alguien le ofrecía una salida, pero cada una de esas "salidas" siempre venía acompañada de un precio que Felix no podía permitirse. ¿Era realmente posible escapar? Esa palabra, "libertad", había perdido su significado. En su mundo, la libertad era solo un mito, una mentira que se contaban los prisioneros para seguir adelante.

Desde muy joven, el mundo le había mostrado su cara más cruel, quebrándolo antes de que siquiera tuviera la oportunidad de sanar. Sobrevivir se había convertido en un acto mecánico. El aire entraba y salía de sus pulmones, pero cada vez se sentía más pesado. ¿Podría alguna vez huir de Kang y de esa vida? ¿O simplemente cambiaría una jaula por otra?

Sus pensamientos se interrumpieron de golpe cuando la puerta del baño se abrió bruscamente. No tuvo tiempo ni de reaccionar cuando una mano firme se enredó en su cabello, tirando de él con violencia. Un gemido involuntario escapó de sus labios mientras trataba de liberar el agarre, pero los dedos se cerraron con más fuerza, arrastrándolo hacia lo que sabía que sería otro espectáculo más, diseñado específicamente para mostrarle lo lejos que estaba de ser libre.

—Vamos, el señor Kang te espera —la voz de Lee Dong-Hyun sonaba tan vacía como siempre, mecánica, desprovista de cualquier rastro de humanidad. Para él, Felix era solo otro cuerpo. Nada más.

Felix tragó saliva, un nudo formándose en su garganta. Los latidos de su corazón retumbaron en sus oídos mientras intentaba recuperar la compostura. Intentó zafarse, pero Dong-Hyun solo le dio un empujón más fuerte, tirándolo fuera del baño. Sabía que no podía pelear, ya había aprendido esa lección de la forma más dura.

Felix sintió el frío del miedo descender por su espina dorsal mientras se acercaba, cada paso más pesado que el anterior. Cuando abrió la puerta, ahí estaba Kang, esperándolo con su usual sonrisa engreída.

Kang Jae-Hoon era apuesto, con su cabello negro bien peinado, su piel pálida y un traje de diseñador que resaltaba su figura atlética. Pero Felix sabía mejor que dejarse engañar por las apariencias. Detrás de esa fachada de perfección se escondía un hombre cruel, alguien que lo había arrastrado a este infierno desde el primer momento que puso los ojos en él. Y Felix ya no tenía fuerzas para resistir.

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⏰ Última actualización: Oct 22 ⏰

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