Una hermosa relación, aunque oculta. Ambos deseaban gritarlo al mundo, compartir su amor con libertad, pero no podían. Pavel, un actor famoso, estaba atrapado en la imagen pública que debía mantener. Pooh, su pareja en secreto, también lo entendía...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Pasó algo, pero no es tan malo... —dijo Pon con una sonrisa nerviosa, mientras estaba de pie en el despacho de Pooh.
Pooh lo observó con detenimiento, notando la inquietud en su amigo. —Estás nervioso, lo que significa que sí es importante —respondió, con tono firme—. Vamos, Pon, dime de una vez qué pasó. Si no me dices ahora mismo...—
—¡Bien! —interrumpió Pon con voz fuerte, sintiendo la presión de la amenaza—. Digamos que ayer... Thaiger te siguió y te tomó fotos. Así que...—
Pooh lo miró sin poder creer lo que estaba escuchando. —¿Cómo que me siguieron? ¡Pon, dijiste que ese lugar era confidencial, que no podrían seguirnos! —El tono de Pooh subió de inmediato, una mezcla de sorpresa e indignación cruzando su rostro—. No importa si ya saben quién soy, pero Pavel estuvo conmigo, ¡se suponía que era un lugar privado!—
Pon tragó saliva, intentando mantener la calma mientras continuaba—. Solo han subido una foto tuya, pero... me enviaron un mensaje. También tienen fotos de ti con Pavel, y están planeando subirlas. A menos que... —Pon mostró la tableta donde se veía el chat—. Quieren tres millones para no publicarlas.—
—Malditos imbéciles... —murmuró Pooh entre dientes, mirando el chat con frustración.
—Perdón, juro que verifiqué todo, pero no sé cómo se infiltraron... —dijo Pon, casi disculpándose, con el rostro lleno de preocupación.
—Tranquilo —respondió Pooh, controlando su ira—. Esos imbéciles hacen cualquier cosa con tal de ganar un poco más de dinero. Por ahora, dales lo que piden, pero asegúrate de que firmen un contrato de confidencialidad, garantizando que no subirán las demás fotos. No quiero sorpresas después—
—Ok... pero hay otra cosa... —titubeó Pon—. También están exigiendo que aceptes una entrevista con ellos—
Pooh lo miró, furioso, sus ojos endureciéndose. —Eso no va a pasar—
—Pero podrían... —intentó hablar Pon, preocupado por las posibles represalias.
—Te dije que no va a pasar —lo interrumpió Pooh, su voz firme y decidida—. Y si no aceptan, entonces tendré que emplear otros métodos para asegurarme de que esas fotos desaparezcan. No me temblará la mano, Pon—
—Bien, ahora me retiro. Deberías irte a casa, ya no quedan más asuntos pendientes —dijo Pon, consultando la agenda antes de levantar la vista hacia Pooh.
—Sí, eso voy a hacer. Soluciona todo —respondió Pooh, aún con su tono firme. Pon asintió, y salió del despacho.
Pavel estaba en casa disfrutando de su día libre, ya que mañana le esperaba una jornada larga con varios eventos por el estreno del primer capítulo de su nueva serie.
Estaba recostado en el sofá, revisando sus redes sociales, cuando vio una noticia que ya se había vuelto tendencia: habían tomado una foto de Pooh. Recordó que la noche anterior habían salido juntos y, al parecer, alguien los había seguido. Aunque solo habían subido una imagen de Pooh, Pavel sospechaba que probablemente tenían fotos de los dos. Era cuestión de tiempo antes de que le contactaran para pedir algo a cambio de no publicarlas.
