Contraste: historia narrada por mí
Un día, caminando por las calles con la mente deslumbrada y pensando en el futuro por venir, me encontré con algo muy condenable y fantástico a la vez. Mientras caminaba, vi una disputa, muy fraudulenta.
La luz y la oscuridad tenían un debate muy crítico entre sí. Se decían cosas para demostrar cuál de los dos era mejor. Uno hablaba, y el otro respondía. Yo, impactado por tal disputa, me detuve y les pregunté cuál era la raíz de su amargura o el engaño que los mantenía en esa discusión. Ambos, deteniendo su disputa, me miraron extrañados y me preguntaron quién era.
Les respondí: "Soy un simple joven que va por la vida". Ellos entonces me respondieron a mi pregunta: "Nuestro pleito es porque la luz dice que ella es mejor que yo, que ella puede existir sin mí, pero yo sin ella no. Le estoy reclamando y explicándole que es lo contrario: ¡ella sin mí no es nadie!", exclamó la oscuridad a gran voz.
Yo, reflexionando sobre el origen del problema, pensé en las opiniones de ambos, intentando llevar el asunto a un punto crítico para resolverlo. Les dije: "¿Han escuchado del contraste?"
Me dijeron que no, y les expliqué: "El blanco se ve mejor al lado del negro, y viceversa". Pero ellos siguieron, destacando sus virtudes. Vociferaba la luz: "Yo doy claridad y esperanza a todos, y siempre los guío por un camino claro y fértil para que sean los mejores".
La oscuridad replicó: "Yo a todos les muestro la verdad, sin importar a quién. Les enseño a sobrevivir en los peores momentos, y a saber que siempre habrá momentos oscuros".
Yo, en medio de todo esto, pensé de nuevo y les hablé sobre el contraste, pero ahora con más palabras y argumentos:
"Luz, ¿no has escuchado que en medio del túnel más oscuro siempre hay una luz? Y tú, oscuridad, ¿no has oído que donde hay mucha oscuridad, debe haber una luz? Ustedes son uno mismo, ya que uno sin el otro no funciona. Más bien, son el uno para el otro. Por eso les digo que no deben pelear entre sí; deben ser los mejores amigos, porque se necesitan mutuamente".
Ellos, mirándose y pensando, se dijeron entre sí: "Es verdad, la luz y la oscuridad son uno. Si uno no está, el otro no podrá brillar".
Moraleja:
Aunque todos somos diferentes, necesitamos de los demás para coexistir y brillar al lado de esa persona tan diferente a ti. No juzgues ni trates con indiferencia solo porque alguien es distinto.
