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Yuqi había llegado más temprano de lo normal al colegio, así que se decidió por pasar antes a su lugar favorito de todo el lugar.

La biblioteca.

Arregló su gorro que intentaba cubrirla del frío casi infernal que hacía esa mañana en la ciudad de Seúl, ajustándolo mejor.

Instintivamente cuando ingresó, sus pies se dirigieron hacia aquella mesa que casi tenía su nombre grabado de tanto que la ocupaba, parecía suya. Lo primero que notó al llegar fue aquel cuaderno con manchas casi desgastado por fuera. Dejó su mochila encima de la mesa y con cuidado lo tomó abriéndolo solo para sorprenderse al notar lo bien cuidadas que estaban las hojas a pesar de que la parte exterior pareciera deteriorada por completo.

Miró la linda caligrafía plasmada en la primera hoja, debatiéndose si era buena idea leer lo que contenía, después de todo no sabía a quién pertenecía y podía ser de alguien que en cualquier momento regresaría por él y no quería parecer una entrometida que husmeaba cosas ajenas, pero la curiosidad era más grande que ella.

Sus ojos se deslizaron entre las líneas que se formaban hasta darle forma a aquella nota que comenzó a leer con fascinación.

«Escribo cada verso con la mano puesta en mi pecho
Escribo cada palabra con tu escencia clavada en mi alma
Escribo cada letra admirándote desde lo lejos, sabiendo que jamás podré tocar el cielo
Un cielo bañado en estrellas de oro
Que jamás podrán dejar de reflejar aquellos bondadosos y serenos ojos
Que me enseñaron lo que era amar en silencio
Aunque mi corazón siguiera latiendo cada vez más lento
Y las palabras se quedaran cortas
Para hacerte notar la pureza real del amor que resguardaba en mi corazón»

La boca de Yuqi esbozaba una sincera y brillante sonrisa mientras sus ojos mostraban admiración por lo antes leído, preguntándose quién sería el autor de aquellas hermosas palabras que lograron que su piel se erizara. Para ella que era una amante nata de las letras, aquello la había dejado perpleja con la pureza y sencillez de cada palabra.

Tomó la página para darle vuelta y pasar a la siguiente, pero un carraspeo disimulado hizo que elevara su vista, encontrándose con una pelinegra que la miraba con su ceño fruncido. No pudo evitar pensar que de esa forma más que intimidarla, solo le causaba una ligera sensación de ternura.

—¿Podrías devolverme mi cuaderno? — aquella voz la hizo sentir extraña. Era bastante linda y suave para lo que reflejaba su rostro y sus palabras.

—¿Es tuyo? — se arrepintió inmediatamente de hacer una pregunta tan obvia como aquella cuando segundos atrás le había pedido que se lo regresara.

Miró el intento de la pelinegra no reír.

—Por algo te lo he pedido. — los ojos divertidos de la chica frente a ella solo hizo que sus mejillas se sonrojaran.

—Escribes muy lindo. — alagó encantada por la pelinegra.

La pelinegra rascó su nuca con una sonrisa apenas visible, mirando a otro lado.

—Gracias, supongo.

Ambas se quedaron en silencio sin saber que decir. La pelinegra solo dió dos pasos atrás cautelosamente y salió del lugar sin darle lugar a despedirse o al menos presentarse.

Se sintió decepcionada al no poder leer un poco más y mucho menos saber el nombre de aquella linda pelinegra que había llamado su atención.

between souls -yuyeon-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora