VII

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Yuqi mantenía sus ojos cerrados incapaz de poder abrirlos luego de una larga noche con su novia dónde se habían mantenido despiertas hasta tarde entre besos y conversaciones triviales. Soltó un suspiro al sentir el otro lado de su cama vacío, suponiendo que la pelinegra tal vez se había levantado un poco más temprano de lo normal.

Habían pasado cinco años desde que se hicieron novias y hace dos años que habían decidido mudarse juntas de forma definitiva. Su vida a esas alturas se sentía como un sueño al vivir con el amor de su vida.

Por supuesto, como todo pareja a lo largo de su tiempo juntas tuvieron dificultades, altos y bajos como en cualquier relación, pero aquella conexión entre ellas seguía intacta. Cada día que pasaba solo sentía que el amor entre ellas se hacía más fuerte y estable, eran un pilar fundamental en sus vidas y se amaban con cada parte de ellas.

Escuchó la puerta de la habitación ser abierta con cuidado, como siempre que Soyeon la encontraba dormida. Escuchó sus ligeros pasos que se detuvieron aparentemente dejando algo en la mesita de noche gracias al sonido de algo de vidrio chocando con la madera. La parte del colchón que estaba libre, se hundió, haciéndole saber que era ella gracias al peso de su novia.

Yuqi sonrió cuando sintió el cuerpo de esta apegarse al de ella y prontamente sentir sus labios dejando delicados besos a lo largo de su rostro.

—Buenos días, preciosa. — saludó con suavidad, dejando varios besos en su mejilla izquierda. —. Es hora de levantarse. — Yuqi se quejó solo para molestarla. —. Sé que estás despierta.

Yuqi terminó por darse la vuelta para quedar frente a la pelinegra y abrir sus ojos, que se encontraron con aquella encantadora sonrisa que le regalaba cada mañana.

—¿Por qué no me dejas dormir? Es domingo. — la voz ronca de Yuqi hacía que la piel de Soyeon se erizara.

No importa el tiempo que pasara, lo que más le gustaba de la voz de la rubia era lo profunda que podía ser.

—¿Tal vez porque quiero pasar el cumpleaños de mi novia en algún lugar? — Yuqi abrió su boca sorprendida por haber olvidado algo tan básico como ello. —. Feliz cumpleaños, cariño. — dijo dándole un corto y tierno beso en los labios.

Soyeon notó enseguida que su novia no recordaba siquiera su propio cumpleaños, pero evitó reírse de ello, en lugar de hacerlo, tomó la bandeja dónde había organizado el desayuno para la menor. Yuqi sonrió grandemente ante el gesto, notando inmediatamente una rosa junto a la bandeja.

Era su cumpleaños número veintiuno y Soyeon quería hacer algo un poco más especial ese año.

—Gracias. — susurró con un poco de vergüenza, pero se sentía feliz.

Miró a Soyeon levantarse y dirigirse hacia el armario que tenían en su habitación, con curiosidad sus ojos siguiendo cada movimiento de la pelinegra. Soyeon tomó una libreta y se acercó nuevamente a Yuqi, quien la miraba expectante.

—Sé que a lo largo de los años has esperado por esto. — comenzó diciendo. —. Me lo hiciste saber en cada oportunidad que podías y hoy quiero cumplir uno de tus ¿Sueños? — Soyeon rió un poco. —. Es para tí, cada uno de ellos son para tí.

Yuqi recibió la libreta entre sus manos, abriéndola cautelosamente, sus ojos se iluminaron cuando descubrió la delicada caligrafía de su novia plasmada en las hojas. Elevó su mirada incrédula y Soyeon asintió solo para asegurarle lo que estaba pensando.

—Soyeon...

—Siempre te admiré desde lo lejos en la biblioteca, sabía quién eras, pero no conocía tu nombre. — dijo y los ojos de Yuqi se llenaron de lágrimas. —. Tal vez en ese momento no lo sabía, pero creo que mi corazón ya se había enamorado profundamente de una rubia que amaba los libros. — Soyeon le sonrió. —.  Desde ese día no pude dejar de escribir y si no fuese por mi cuaderno, nunca hubiese tenido el valor de hablarte. — Yuqi sintió su labio inferior temblar. —. Creo que ya había encontrado a mi alma gemela, pero solo hacía falta que ella me reconociera.

Las lágrimas de Yuqi a ese punto salían sin vergüenza alguna, se sentía extremadamente sensible y afortunada de tener a Soyeon en su vida.

Yuqi solo pudo abalanzarse a Soyeon y besarla con emoción.

—Te amo, Jeon Soyeon.

—Te amo, Song Yuqi.

—Fin.

between souls -yuyeon-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora