Capítulo 8 - Margaret
Me quería largar de allí ya, pero Bethany me había dicho que la esperara, así que lo hice.
—Margaret, por favor, perdóname.
—No tengo nada que perdonarte, tú has sido maravillosa. ¿Te puedo preguntar algo?
—Claro, por supuesto.
—¿Tu hermano es adoptado?
—Ja, ja, ja, ¿por qué?, ¿por su mal carácter? No, hija mía, no es adoptado, aunque de niña yo también lo creía.
—¡Pero qué mal carácter tiene! Lo siento porque es tu hermano, pero es un imbécil, un pedante, y un maleducado que se cree que todo el mundo tiene que rendirse a sus pies.
—Lo sé, y lo siento muchísimo.
—Cuando vayas a Londres, eres bienvenida, y te juro que trataremos de pagaros en el plazo establecido, aunque está muy complicado.
—Gracias. Si vuelves a Irlanda llámame. Estaré encantada de verte. Lo mismo a ti, Florence.
—Gracias, un placer.
Seis horas después aterrizábamos en Londres, y fui directamente a mi casa. Estaba cansadísima, ya que no había
descansado bien la noche anterior, y la movida de la mañana con el ogro me había gastado las pocas energías que me quedaban.
Charles no estaba, aún no había llegado de su trabajo, así que puse música relajante, unas velitas, una copita de vino y fui a darme un baño de espuma.
Conseguí desconectar con la música de Chopin. Cerré los ojos por un rato y, por increíble que parezca, me venían a la mente mis besos con el ogro. ¿Cómo era posible que un hombre tan increíblemente guapo y que besara así de bien fuera tan mala persona?, ¿por qué me venían esas imágenes? «Cancelar, Margaret, cancelar», me dije a mí misma.
La voz de Charles me sacó del trance.
—Hola, mi vida, ¿ya estás aquí?
—Hola.
—¿Sigues enfadada?
—Un poco.
Entonces se desnudó y se metió conmigo en la bañera.
—Te quiero, Margaret. Tú eres y serás siempre mi amor. Si debo alejarme de cualquier persona que ponga en peligro nuestra relación, lo haré. Tú eres lo más importante.
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SERÁ ESTA VEZ
RomantikEn un mundo de negocios implacable, Margaret Jones y William Evans representan dos polos opuestos. Margaret, una mujer decidida al frente del imperio familiar en Londres, y William, conocido como la implacable roca de los negocios con su empresa en...