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𝖈apitulo dos.

El sacerdote de la pequeña parroquia se encontraba en su habitación, acababa de tomar una ducha fría, era lo único que solía aliviar el dolor de las heridas de su espalda

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El sacerdote de la pequeña parroquia se encontraba en su habitación, acababa de tomar una ducha fría, era lo único que solía aliviar el dolor de las heridas de su espalda.

Se miró al espejo, las gotas de agua caían sobre su frente provenientes de su cabello húmedo y despeinado. Tenía puesta una toalla en la cadera, era lo único que cubría su desnudez.

Charlie Mayhew era un joven respetado por todos aquellos que llegaban a conocerlo, su personalidad relajada y su gran facilidad para comunicarse con los demás fueron pieza clave para convertirse en sacerdote. Poco se sabía de su pasado, solía vivir en Luisiana y fue trasladado aquí hace poco tiempo, hablaba escasamente de su familia y solía evadir las preguntas personales.
Su figura creaba un gran misticismo, tanto que Olivia Scott no era la única persona que tenía curiosidad sobre él.

Continuó secándose el cabello, era demasiado perfeccionista, podía pasar horas peinando su cabello con tal de que quedará presentable. Dirigió su mirada hasta el reloj bolsillo que tenía dentro de una de sus prendas, lo sacó y miró detenidamente las manecillas, eran las siete y veintitrés de la mañana.

Tragó saliva, recordó que tenía que dar una misa a las ocho de la mañana, mucha gente, ruido por doquier. Se puso sus prendas, un traje negro hecho a la medida, y se dirigió a su mesa de noche y tomó su rosario negro tan característico.

Salió de su habitación, se encontró con algunas monjas que lo saludaron alegremente.

— Buen día, padre.

—Buen día, madre superiora.

— ¿Tiene un momento? Me gustaría hablar sobre el próximo retiro espiritual.

— Por supuesto, dígame.

Detrás de la mujer de edad avanzada, estaba aquella monja de cabello negro, ojos verdes y piel pálida, cuyo nombre era Olivia. La joven estaba sentada en una pequeña banca, leyendo lo que parecía ser un libro bastante corto, ella le causaba mucha curiosidad.

— ¿Me está escuchando, padre?

Por un momento, Charlie había olvidado que estaba hablando con aquella mujer de celó fruncido.

— Discúlpeme, madre. ¿Podría repetírmelo?

— Le decía que el retiro se llevará acabó en dos semanas, para que vaya acomodando su agenda.

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⏰ Última actualización: Oct 31 ⏰

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CONSUMED.    ★   CHARLIE MAYHEWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora