Capitulo 2

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Isolda se encontraba acostada en su cama del festival de pelea de gladiadores.

Chion y el resto de sus amigos habían ido a comer algo, y como las buenas personas que eran, la invitaron a ir con ellos, pero no queria ir, tenía un mal sabor en la boca que no iba a disimular.

Si le hubieran advertido que el amor podía ser doloroso a veces jamás se hubiera enamorado, mucho menos de un hombre que jamás sería suyo. Desde niños, adolescentes, jóvenes, toda su vida estuvo enamorada de Tristán, el era el hombre de sus sueños, su principe azul, el primero que la hacía verse linda. Pero el destino tenía otros planes, y en vez de hacer que Tristán se enamorara de ella, lo había unido a otra mujer y la tomaba por una desconocida.

Se retorció entre las sábanas mientras lloraba, no quería, no quería aceptarlo, preferiría vivir en el tonto sueño de que Tristán algún día la amaria a ella y solo a ella, como siempre había querido, pero vivir en negacion solo le haría daño a ella. Le dolía, le dolía demasiado el saber que Tristán amaba a otra mujer, que también se llamaba Isolda. El dolor era tan inmenso que se esparcía por todo su cuerpo y desgarraba lentamente cada parte de su ser hasta más no poder.

Pero se juro a si misma que le serviría a Tristán sin importar si la amaba o no, si podía ayudarlo o protegerlo a costa de su vida no importaría.

Se secó las lágrimas, nada valía llorar así, menos por un hombre. Se levantó de su cama y comenzó a caminar sin rumbo por los pasillos de las habitaciones. No se sentía para nada bien, reencontrarse con Tristán de esa forma no era algo de lo que hubiese que celebrar. Seguía llamando a esa mujer desconocida su amada e Isolda quería con todas sus fuerzas ser ella la que estubiera al lado de Tristán y que la amara a ella.

Llegó pronto afuera, donde el lugar era iluminado por las brillantes estrellas de la noche. El bar estaba vacío, las calles también y las pocas personas que había estaban durmiendo. Estaba sola, sola y sin un rumbo fijo, pero esa tranquilidad le hacía bien, sobre todo para ordenar sus pensamientos.

Sin percatarse que una persona estaba igual que ella se tropezó y cayó encima del o la desconocida.

- ¡ Auch ! ¡ Lo siento ! - dijo algo adolorida por el golpe.

- No, no, usted discúlpeme, no veia-

Quien hiria a imaginar que su amado principe Tristán estaba frente a ella, luciendo tan espectacular y hermoso como siempre frente a ella. Ninguna palabra logro salir de la boca de ambos, solo se miraban, aturdidos, volverse a encontrar de esa forma, era lo último que esperaban en sus vidas. Isolda lo miro con lágrimas en los ojos y Tristán con enfado, aunque muy en el fondo, culpable y triste. Una parte de el quería alejarla y apartarla al ver a una mentirosa como ella frente a el, y por otro quería saltar a abrazarla, darle caricias y consolarla para que dejara de llorar.

Se vio reflejado en sus ojos color esmeralda intensos que sin importar cuan tristes estubieran seguían brillando tan hermosos y fascinantes como las estrellas del cielo. No, no podía verla más, esos pensamientos lo inundaban cada vez que la veía directamente a los ojos, estaba siendo un mal novio, su lealtad estaba poniéndose a prueba. Volteo su cabeza mirando hacia otro lado para que sus pensamientos no lo inundaban.

- Ya, levántate - dijo algo triste.

Con tristeza pero obedientemente Isolda se paró y le ofreció con una sonrisa melancólica su mano, pero fue rechazada por Tantris quien se paró solo.

- Bien, imaginemos que esto jamás pasó - dijo sacudiendose los pantalones.

- Sir Tristán......

- No soy Tristán, soy Tantris.

Y con eso se dió la vuelta y comenzó a caminar en dirección opuesta a Isolda. Destrozada, pero a la vez decidida, cerro los puños con fuerza y grito :

- ¡¡¡ Sir Tristán, yo lo amo !!!

Se quedó quieto como una estatua, a lo que Isolda prosiguió :

- ¡¡ Lo he amado desde que teníamos diez años, toda mi vida soñé con conocer a mi príncipe azul y cuando me salvó de ese monstruo en el bosque supe que usted lo era !!

Isolda se detuvo entre lágrimas, buscando las palabras correctas para describir lo que sentía.

- Desde siempre.... Ocho años amándolo a usted, guardo mi castidad solamente para usted, Sir Tristán. Casa vez que lo veo, mi corazón se acelera y se rompe a la vez cuando no me reconoce o me desprecia. Me gusta todo de ti, tus ojos, tu cabello, tu sonrisa y tu voz, cuando está enojado se ve tan imponente pero a la vez tan atractivo, pero cuando está feliz su mirada se suaviza y se vuelve un ser de luz, me encanta su forma de ser, tan noble y caballeroso con todos a pesar de que usted solo ve lo malo que hay en el no se da cuenta de lo increíble que es, todo sobre usted es perfecto para mí y lo único que deseo es que algún día pueda amarme así como yo lo amo a usted.

Se detuvo llorando esperando una respuesta. Tantris se volteo a verla con una mirada furiosa por lo que había dicho y comenzó a acercarse lentamente hacia ella.

- No seas estúpida, no te conozco, y no hables como si fuésemos cercanos, a mí solo me interesa mi amada Isolda y solo ella - siguió acercándose - eres asquerosa, muy alta para mí gusto y tus ojos solo revelan lo patética a inútil que eres - se detuvo ya estando frente a ella - a mí no me interesan tus inútiles sentimientos, no te cruces en mi camino, recuerda que tendremos que enfrentarnos en el torneo. Solo lárgate y piérdete, cuando venga en el torneo no quiero volver a verte a ti ni a ese tal Chion.

Isolda se quedó en shock y entre lágrimas habría su boca para hablar pero ninguna palabra salía de ella, solo silencio absoluto. Se quedaron de frente, viéndose directamente a los ojos, Tantris con ira e Isolda sorprendida y destrozada.

En eso, Tantris alzó su mano, y con mucha fuerza le dió una bofetada a Isolda.

Cayó de rodillas al suelo, escupiendo sangre por el golpe y Tantris se largo furioso, pero a la vez culpable por lo que había hecho.

Entre las gotas de sangre unas lágrimas comenzaron a caer del rostro de Isolda quien se derrumbó al instante en el suelo sollozando, haciendo que Tantris se volteara a verla y sintiera la necesidad inexplicable de correr a abrazarla, pero su orgullo e ira de lo impidieron.

Siguio llorando en el piso, ya rindiendose con Tristán. La había despreciado a ella y a sus sentimientos, era un completo shock para ella e intentando procesar las palabras que le había dicho trato de pararse, pero se encontraba tan débil que le costaba hacerlo. En eso, sintió una presencia mágica acercándose a ella y lentamente volteandose, vio a su amiga Anne frente a ella, luciendo preocupada.

- Isolda, ¿ Que paso ? ¿ No estabas en tu habitación ? Te estuvimos buscando por todas partes.

- .... ¡ Anne !....

Y siguió llorando en el piso.

Anne se veía bastante confundida, pero se guardo esos sentimientos y se arrodilló con Isolda dandole un fuerte abrazo que la de pelor rosa correspondió al instante.

Ahora nada valía la pena intentar.







Holii, hasta aquí el cap de hoy lo siento si no actualizo mucho pero los días de clases me tienen muy ocupada, espero les guste byyyeee 💗

~ Mi Amor ~ Tristan x Isolda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora