La sangre corría por la tierra como agua, los pasos apresurados de lucius malfoy se escuchaban sobre esa misma tierra. Lo habían mordido, un jodido hombre lobo lo había mordido. Sentía que el aire se le iba de los pulmones, sus piernas no daban más, hasta que una luz de esperanza se encontró frente a él. Bellatrix, la loca de su compañera estaba ahí a escasos metros de él, dudo, que tal si no lo ayudaba? Pero era su única esperanza, utilizó las únicas fuerzas que le quedaban para pedir su ayuda. Bellatrix al verlo quiso burlarse, era algo natural en ella hacerlo, pero al ver la gravedad del la herida decidió guardarse sus comentarios y llevarlo a las mazmorras, donde gracias a las pociones de Severus y a la experiencia de Rebastan al desinfectar sus heridas, al recuperar la conciencia sabía que estaba condenado.
Dias después..
La luna llena llegó y como era de esperarse Lucius había sido infectado, su transformación fue dolorosa, sintiendo como cada hueso de su cuerpo se rompía y se reacomodaba para la transformación, el dolor era insoportable y lo hacía querer haber muerto aquel día, no sabía cómo podría continuar con su vida. El primer día que se transformó sus compañeros lo llevaron lejos de todos, encerrándolo en una cabaña en el bosque, donde cerraron todo por seguridad y lo dejaron a sus anchas. A la mañana siguiente cuando despertó vio como todo estaba destrozado, cada mueble estaba hecho trizas, las paredes estaban llenas de zarpazos, vio sus manos lastimadas por el desenfreno de la noche. Era un moustro, sentía que el nudo en su garganta crecia, sus ojos picaban, él no podía ser un monstruo, no, no claro que no lo era, no podía serlo. Escuchó como la puerta era abierta, encontrándose con la silueta de sus amigos y compañeros de casa; los hermanos lestrange, Bellatrix, Mulciber , Avery, Evan y Severus..
Se sentía expuesto, sabía que sus amigos no lo juzgarían, pero eso era antes de convertirse en eso, en un moustro, su respiración se aceleró, y pensó en su quinto año, cuando Lupin atacó a Severus en la casa de los gritos, fue la broma que más lejos llegó, cuando todos se enteraron quisieron denunciar aquel acto, pero Severus les reveló que Dumbledore lo hizo firmar un contrato de confidencialidad, todos quisieron ir en contra del director pero sabían que nadie les creería, no cuando el viejo era adorado por el mundo mágico. Ahora él era un hombre lobo, Severus lo odiaría? Sentiría miedo de estar cerca de él? Esos pensamientos solo lo hicieron respirar más rápido, no quería que sus amigos se alejaran, sabía que eran sangre puras, por lo general nunca se debieron considerar amigos, pero lo eran, sus pensamientos estaban fuera de si, imaginando mil escenarios donde todo salía mal, donde era rechazado por todos, donde su padre lo en cerraba para que nadie lo viera, donde era exiliado para no dañar a nadie.
Sus manos temblaban sintiendo los nervios recorre cada uno de sus sentidos, algunas lágrimas caían de sus ojos y sus respiración no era normal. La mano de Bellatrix se situó en su espalda intentando calmar el ataque de ansiedad que estaba pasando, Mulciber intentaba hablarle para hacerlo volver en si, mientras que Severus y Avery buscaban alguna poción calmante para el, Rodolphus lo ventilaba para evitar que se desmayara. Lucius no podía parar, no cuando su mente le jugaba en contra y lo hacía tener aquellos pensamientos, nunca fue alguien inseguro, pero no sabía cómo procesar esa nueva etapa de su vida. El líquido que fue vertido en su boca fue lo único que lo hizo entrar en si nuevamente, su respiración fue calmándose hasta volver a la normalidad y los temblores en su cuerpo se redujeron hasta cierto punto.
-Lucius, estás bien?-pregunto Avery mientras tomaba su mano para verificar su pulso- lu?- volvió a preguntar tras no recibir respuesta.
Levemente asintió, podía sentirse más calmado, pero aún seguía con aquellos pensamientos que lo atormentaban. En silencio todos esperaron a que por fin pudiera hablar, cosa que le llevó un rato.