❝office romance❞ yeongyu.

Capítulo 15

Beomgyu

—Es asqueroso que tenga que compartir mi cumpleaños con una estúpida marmota, —dije, de pie frente al televisor del dormitorio con una toalla alrededor de las caderas y viendo las noticias en las que hablaban de si la marmota vería su sombra ese día o no—. ¿Seis semanas más de invierno o una primavera temprana? Deja que esta pequeña criatura peluda te lo diga.

Yeonjun se enderezaba la corbata en el espejo y se reía.

—Seguro que la marmota se siente honrada de compartir el día contigo. —Se acercó y deslizó sus manos por mis hombros antes de inclinarse y besar mi mejilla—. Feliz cumpleaños.

Me derretí contra él.

—Gracias. —Me había despertado muy temprano esa mañana y me había hecho una mamada para empezar mi día especial. Nos duchamos juntos y empezamos a prepararnos para el trabajo—. Soobin quiere cenar conmigo esta noche.

Yeonjun frunció el ceño.

—Oh.

—Maldita sea. ¿Tenías algo planeado?

—No te preocupes por eso —dijo, apartándose para agarrar sus gemelos de encima de la cómoda.

Lo agarré del brazo y lo atraje hacia mí.

—Tú también podrías venir, sabes. Él y Taehyun quieren conocerte.

—¿No es demasiado pronto para que conozcamos a los amigos y a la familia del otro?

—Para mí no. Entiendo que mantengamos nuestra relación en secreto en el trabajo, pero no tenemos que escondernos cerca de la gente que queremos. —El domingo habíamos insinuado que ya éramos algo, y no una cita casual. Las espinas se me revolvieron en las tripas cuando se me ocurrió una idea—. A menos que te dé vergüenza que la gente sepa que estás conmigo.

Yeonjun deslizó un brazo alrededor de mi cintura.

—¿Cómo podría avergonzarme? Eres todo lo que siempre he querido en una pareja. Y tú eres un maldito nocaut.

Sonreí.

—Mírate. Halagando al cumpleañero.

—Sólo porque es verdad, —Yeonjun me besó la frente antes de alejarse—. Vístete. Tengo otra sorpresa para ti en la cocina.

Emocionado, tiré la toalla húmeda en el cesto antes de ponerme unos jeans ajustados de color burdeos, las sexys botas negras que Soobin me había comprado para Navidad y un cómodo suéter negro. Informal, pero lindo como el infierno.

Cuando entré en la cocina, Yeonjun levantó la vista de su teléfono y se quedó boquiabierto.

—Estás muy guapo.

—Vaya, gracias. —Miré a mi alrededor, con curiosidad.

—Aquí. —Se hizo a un lado y reveló una caja de panadería.

—¿Qué es eso?

—Donas de chocolate con chispitas para el cumpleañero —dijo, levantando la tapa.

—Eres un hombre que piensa como yo.

—Eso espero. —Sonrió y cogió un plato del armario—. ¿Quieres café o leche para acompañarlo?

—Leche, por favor.

—Siéntate.

—Nunca he tenido esto antes —dije, poniendo dos donas en el plato y sentándome en la mesa de la cocina.

—¿No habías tenido qué? —Yeonjun sirvió leche en un vaso pequeño y lo puso frente a mí.

—Un tipo con el que pasar mi cumpleaños. —Dejé caer mi mirada hacia el plato, sintiendo que mi garganta empezaba a apretarse—. Es decir, Soobin lo ha hecho especial a lo largo de los años, pero ninguno de los chicos con los que he salido se acordaba de mi cumpleaños, y mucho menos hacían... —Señalé las donas y la leche—. Esto.