Capítulo 14

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Yeonjun

Beomgyu montó mi pene como si estuviera en un maldito rodeo. Mientras la cama se golpeaba contra la pared, era todo lo que podía hacer para respirar. La niebla nubló mi mente mientras él se deslizaba arriba y abajo de mi pene, apoyando sus manos en mi sudoroso pecho.

Nadie me había cabalgado así, ni hombre ni mujer.

—¿Te vas a venir, grandulón? —dijo Beomgyu en tono ronco, sonriendo hacia mí. El flequillo le caía sobre la cara y yo alzaba la mano para apartarlo.

Apreté la mandíbula y traté de aguantar como un demonio, pero no me lo estaba poniendo nada fácil con su dura jodida de los últimos minutos. El fuego ardía en mis pulmones mientras luchaba por recuperar el aliento. Es curioso, ya que ni siquiera era yo quien se esforzaba. Sintiendo que mi control comenzaba a perder aún más, tomé su pene y lo acaricié.

Beomgyu echó la cabeza hacia atrás y bajó sobre mí más rápido.

—Maldición. Yo también me voy a venir.

Su cuerpo se sacudió y sus movimientos se ralentizaron justo antes de su orgasmo, su semen se derramó en mi mano. Mientras su trasero se apretaba a mí alrededor, era imposible aguantar un segundo más. Solté su pene chorreante y le agarré las caderas antes de penetrarlo.

—Dios, me encanta eso —dijo Beomgyu con un gemido, plantando sus manos a cada lado de mi cuello mientras lo jodía. Bajó sus labios a los míos y sonrió contra ellos cuando mis pelotas se levantaron, y me estremecí bajo él—. Mmm. Te ves tan ardiente cuando te vienes.

No podía hablar. Sentía los pulmones como papel de lija y mis músculos se volvían gelatina. Mi pene, cada vez más blando, se escurrió mientras él se inclinaba y apoyaba su cara en el pliegue de mi cuello.

Pasé los dedos por su cabello, sintiendo los rápidos latidos de su corazón. Coincidía con el mismo ritmo que el mío.

—Vamos —Beomgyu me besó la nuez de Adán antes de sentarse y sonreírme con el cabello desordenado, los ojos brillantes y las mejillas sonrojadas.

—¿A dónde vamos? —pregunté, dejando que me sacara de la cama.

Agarrándome de la mano, me llevó al baño y luego me soltó para ir a la bañera. Tiré el condón a la basura y me quedé mirando su trasero desnudo mientras se inclinaba.

—Pensé que nos vendría bien un baño, —respondió, girando el botón del agua. Esperó a que se calentara antes de poner el tapón y dejar que la bañera se llenara.

—¿A las once de la noche?

—No hay mala hora para un baño —dijo Beomgyu, acercándose de nuevo y tomando mis dos manos. Las puso alrededor de su cintura antes de acercarse y recostar su cabeza en mi pecho.

Beomgyu era una persona que sabía lo que quería y lo conseguía. A los treinta y seis años, yo estaba aprendiendo a hacer lo mismo. Lo abracé con más fuerza y rocé mis labios por su frente.

Cuando la bañera estuvo llena, Beomgyu cerró el agua y entró. Entré tras él y me senté con la espalda apoyada en el respaldo de la bañera mientras él se acomodaba entre mis piernas, con mi pene apretado contra él.

—Me recuerda al baño que nos dimos juntos en Ivory Falls —dijo, subiendo y bajando sus manos por mis antebrazos mientras yo lo abrazaba—. Aunque la bañera era más grande ahí. Deberíamos haberla traído con nosotros.

Me reí y apreté mi cara contra su cabeza.

¿Cómo era posible que alguien se convierta en algo tan valioso para mí en tan poco tiempo? Mi corazón latía de forma diferente alrededor de Beomgyu. Alternaba entre los saltos, los derrapes y la maldita explosión de mi pecho cada vez que nos besábamos, nos tocábamos o cuando oía su risa musical.

❝office romance❞ yeongyu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora