una noticia inesperada (Gojo x Sukuna)

NIÑOS NO DESEADOS

N/A: Hola, quiero agradecer a todos los lectores que dejan sus lindos y divertidos comentarios, deben saber que me algran el día. 💛

Disculpa si hay errores ortográficos o si hay alguna incoherencia.

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Al día siguiente, Uraume tuvo que volver a salir, pues su amo tuvo un repentino antojo de gyudon y necesitaba ciertos ingredientes para prepararlo, ya que los que había traído el día anterior no abarcaba los que usaría para esta receta. Había decidido comprar las cosas en un pueblo cerca de su ubicación actual, no había mucha gente en ese momento, solo unos cuantos que estaban a cargo de sus negocios.

Mientas verificaba por quinta vez que trajo todo lo necesario, sintió la presencia de alguien más en el lugar.

- Que lugar tan agradable ¿no crees?

Uraume se giró hacia la voz encontrandoce con la sonrisa de Kenjaku.

- ¿Que quieres?

- Vaya, siempre tan hostil. - Caminó a lado de Uraume.

Uraume detuvo sus pasos y miró a Kenjaku.

- Sabes que es lo que quiero, dime, ¿qué supiste de Sukuna?

- Por el momento no planea cooperar contigo.

Kenjaku levantó una ceja al oír tal respuesta. Bueno, aunque una parte imaginaba que sería así, tenía más esperanzas de que Sukuna aceptara unirse a él. Luego una duda surgió en su mente.

- Mm ya veo, que lamentable, pero aún así, tengo curiosidad... ¿Sukuna se dejó embarazar por un plan suyo? O simplemente...

- Lo siento, no te puedo dar más información. - Uraume respondió secamente.

Sukuna le había dejado en claro la noche anterior no dar información de su estado actual, especialmente a la rata de Kenjaku, ya que le había contado todo lo que el susodicho había mencionado al enterarse de la situación.

- Uy que malo. - Aún así Kenjaku sonrió. - ¿O es que acaso Sukuna no quiere que sepa que simplemente estaba cachondo? Puedo deducir que esto no fue un plan. - La burla estaba completamente presente en su tono.

- Piensa lo que quieras. - Uraume le lanzó una mirada fría a Kenjaku.

- Si, lo haré. Que decepcionante, el grandioso Rey de las maldiciones, temido por todos entregando el culo a un hechicero. Divertido ¿no? Mejor deberíamos cambiarle el nombre y llamarlo Sukulo, creo que eso le quedaría mej...

Las palabras de Kenjaku fueron interrumpidas cuando un témpano de hielo atravesó su boca, rompiendo algunos de sus dientes en el proceso.

- No te burles de Sukuna-Sama- Uraume miró a Kenjaku con una expresión más fría de lo habitual. Una mirada que bien podría congelar el fuego. No toleraba la falta de respeto en contra de Sukuna.

Kenjaku usó su energía maldita para sanarse.

- Tu respeto y fidelidad a Sukuna si que son incomparables y yo que pensé que podríamos burlarnos un rato. - Aunque estaba sonriendo, se pudo notar la clara irritación en su voz.

Uraume no se inmutó. En cambio decidió dejar atrás al molesto usuario de maldiciones. Miró a su alrededor y afortunadamente nadie lo vio usando su técnica. Por suerte el lugar seguía bastante tranquilo.

Por otro lado, Kenjaku simplemente resopló al darse cuenta que esto sería un poco más complicado de lo que pensaba. Caminó hacia un puesto de cocos, y se encontró con el vendedor durmiendo cómodamente en su asiento. Miró en varias direcciones y al ver que no había nadie que lo notara, simplemente tomó uno de los cocos y se fue de ahí.