Entre vueltas y sentimientos - Charlos

capitulo1

Esta historia la invento nuestra querida paradolas yo solo me encargue de publicarla jsjsns

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La confesión inesperada

La temporada 2024 había sido una montaña rusa de emociones, pero ahora, en la última carrera del año, la tensión estaba al máximo. Para Charles Leclerc, esta carrera significaba más que solo competir por un título. Era un momento de despedida. El contrato de Carlos Sainz, su compañero de equipo, terminaba ese año, y aunque la tristeza por la inminente separación era compartida, para Charles la sensación iba mucho más allá de la tristeza profesional.

Había sido un secreto que había guardado por años. Desde que Carlos había llegado a Ferrari, Charles había sentido algo más profundo que la simple camaradería. Ese brillo en los ojos de Carlos, su risa fácil, la manera en la que lo apoyaba en los momentos difíciles, y sobre todo, esas pequeñas caricias en la nuca, a veces juguetonas, otras veces consoladoras, que parecían cargar más significado de lo que dejaban entrever. Charles siempre había sentido algo romántico por Carlos, pero nunca había tenido el valor de decirlo en voz alta. Hasta ahora.

El sonido ensordecedor de los motores rugía en el aire. Era el Gran Premio de Abu Dabi, y Charles había dejado todo en la pista. Sus manos temblaban mientras se aferraba al volante, el sudor le caía por la frente, y en los últimos minutos, la adrenalina se había apoderado de su cuerpo. La bandera a cuadros ondeaba y, cuando cruzó la línea de meta, la euforia lo invadió por completo. ¡Primero! Lo había logrado. Pero lo que más lo emocionaba no era el trofeo que lo esperaba, sino lo que tenía que hacer después.

Al bajar del coche, el rugido del público era ensordecedor, pero él solo podía pensar en una cosa: Carlos. Entre la multitud de mecánicos, ingenieros y periodistas, Charles buscó desesperadamente su rostro. El corazón le latía a mil por hora, no por la emoción del triunfo, sino por lo que estaba a punto de confesar.

Lo vio entonces, entre el caos de la celebración. Carlos había terminado en segundo lugar, su casco ya fuera, mostrando su expresión de felicidad. Sus miradas se cruzaron, y en ese instante, todo lo demás dejó de existir. Charles, sin pensarlo dos veces, corrió hacia él. Sentía que si no lo hacía en ese momento, nunca encontraría el valor para hacerlo.

Carlos lo esperaba con los brazos abiertos, y cuando se encontraron, Charles lo abrazó con una fuerza que casi lo derribó. Sentía el calor del cuerpo de Carlos, el latido acelerado de su corazón contra el suyo, y en ese momento, las palabras salieron sin que pudiera detenerlas.

—Carlos… te amo.

Por un segundo, el mundo se detuvo. El abrazo entre Charles y Carlos se desmoronó tan rápido como se había formado. Carlos, con los ojos aún llenos de sorpresa, no supo qué hacer.