El impacto resonó en toda la habitación.
La mejilla ardía, enrojecida por el golpe recibido, pero, en lugar de enojarse, una sonrisa sinuosa se dibujó en el rostro de su oponente. Tadeo frunció el ceño, visiblemente enfurecido. «¿Qué le resulta tan gracioso?» pensó, listo para lanzar otro puñetazo. Sin embargo, su mano quedó suspendida en el aire, atrapada por la firme presión de su contrincante.
—No esta vez.
Peter acortó la distancia entre ambos—demasiado, rozando lo provocador—, plenamente consciente de cuánto lo irritaba ese gesto. Y precisamente por eso le gustaba hacerlo: porque, aunque Tadeo lo detestara, nunca lograba resistirse por completo.
—¿Quién eres en realidad?
Era una pregunta que Peter llevaba tiempo esperando, quizás demasiado. Sabía que eventualmente llegaría ese momento, aunque nunca imaginó que costaría tanto responderla. ¿Qué le diría? No... La verdadera cuestión era: ¿Tendría el valor de confesarle la verdad? ¿Estaba tan perdido por ese hombre como para revelar su secreto si se lo exigía?
—¿Quién quieres que sea?
—No juegues conmigo, Peter. No pienses que voy a permitir que…
—No quiero jugar.
La respuesta fue clara y contundente. No era lo que Tadeo esperaba oír, pero, en el fondo, era justo lo que temía. Porque intuir la verdad significaba enfrentarse a lo inevitable, y él no estaba listo para aceptar las consecuencias de descubrirla. Sabía que una vez dicha, ya no habría vuelta atrás.
—¿Puedo besarte?
—¿Qué? —respondió Tadeo, desconcertado. Peter esbozó una leve sonrisa, esa que reservaba exclusivamente para él.
—Quiero besarte ahora mismo. ¿Me lo permitirás, o sería demasiado impertinente de mi parte?
La propuesta sonaba más como una orden disfrazada de cortesía, y Tadeo lo sabía bien. Era la esencia de Peter: experto en enmascarar sus intenciones, en hacer que todo pareciera real, aunque supiera que no lo era. Desde el primer encuentro lo había notado, desde la primera mirada, desde la primera conversación, e incluso desde la primera vez que compartieron la cama.
Ese hombre ocultaba algo grande. Lo sabía. Lo había sospechado desde siempre, pero había elegido ignorarlo. Porque, si lo confirmaba, se vería obligado a actuar. Obligado a cumplir con su deber.
—No —declaró Tadeo, apoyando una mano firme sobre el pecho del otro. Peter observó el gesto, y ese mínimo acto de resistencia despertó nuevamente el deseo latente que lo atormentaba cada vez que lo miraba. "¿Qué tenía ese hombre para desatar semejante caos en él? " Ni siquiera lo sabía. Solo sabía que, de alguna forma, Tadeo se había convertido en alguien indispensable en su vida.
Y, como cada vez que intentaba resistirse, Peter no pudo evitarlo.
Sus labios volvieron a encontrarse, fundiéndose en un beso que él ya había aprendido a disfrutar más de lo que estaba dispuesto a admitir.
«Estoy perdiendo la cabeza, ¿verdad?»
—¿Quieres la verdad? —murmuró Peter, con un tono cargado de cansancio, mientras dejaba un rastro de besos lentos sobre su cuello—. Bien... Te la diré. Pero antes...
Tadeo dejó escapar un jadeo involuntario al sentir el aliento cálido de Peter acariciar su oído. El simple contacto se había vuelto una debilidad peligrosa, una sensación que lo inquietaba y lo atraía en igual medida.
—Tendrás que afrontar las consecuencias, Tadeo.
C O N T I N U A R Á . . .
![](https://img.wattpad.com/cover/379628004-288-k375998.jpg)
ESTÁS LEYENDO
MI MEJOR COINCIDENCIA || PIETRO X TADEO
FanfictionAquel encuentro no había sido planeado en absoluto. Todo ocurrió de manera inesperada, casi increíble. Él era un extranjero muy distinto a los muchos que había conocido hasta entonces. Tal vez fue aquella sonrisa. Quizá su personalidad, desbordan...