¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
☦️ Un año después... 01 de noviembre del 2025 ☦️
Jungkook estaba de un lado para el otro, adornando el salón de su casa con un hermoso altar, o mejor conocido, como ofrenda a los seres queridos que ya no están en este mundo.
Puso en el, todo lo que a Jimin le gustaba en vida, su comida favorita, una botella de soju, una lata de cerveza y una botella más de vino tinto, como fruta, puso uvas, plátanos y un plato con melón picado y bañado en miel de abeja y granola, también puso un vaso con agua, un platito con sal y otro con azúcar, su foto, la colocó en la cima de su ofrenda, en cada peldaño puso calaveritas de azúcar y chocolate, puso dos veladoras y mando a traer desde México un ramo hermoso de flores de cempasúchil, tomó algunas flores y las deshojo, cada petalo caía con gracia al suelo, desde la calle hasta donde estaba el altar, también puso un poco de papel picado y lo colocó al rededor del altar en colores rosa mexicano, morado y naranja.
Prendió las veladoras al rededor de las doce de la noche, el reloj ya marcaba esa hora y se sentó en su sofá con las luces apagadas en el salón, solamente iluminado con la luz de las veladoras.
—¿Por qué no vienes? Ese chico, Hoseok, dijo que vendrías... ya es más de la una de la mañana y tú no apareces... ¡Solo me vio la cara de estúpido!—dijo enojado—¡Y yo aquí por más idiota que le hice caso a un desconocido! ¡Quitaré está basura de aquí en este instante!-se paró decidido a prender la luz e ir por lo necesario para quitarlo todo.
Cuando llegó al apagador para prender la luz, sintió una brisa algo fría, también le llegó un aroma muy dulce, como a flores frescas de algún jardín recién cortadas, esa, era la escencia de Jimin, Jungkook se giró y caminó hacia el altar.
Su mirada se posó sobre una silueta algo distorsionada y, ahí frente a él, estaba su esposo.
—hola Jungkook, ¿Esperaste mucho? Lo siento, es que hay muchas almas llendo a sus altares y, por increíble que parezca, me perdí, ¿Puedes creer eso? ¡Uy, que ricoooo! Este gimpab de huevo y... ¡Oh siiii que bien! Aquí hay kimchi y también hay... ¿Alcohol?... bueno, lo dejo pasar solo por ser un día especial.
Jungkook miraba la escena muy sorprendido, se le salieron las de cocodrilo y comenzó a llorar tanto de alegría, como de tristeza, era una mezcla de sentimientos encontrados por ver a su esposo ahí, comiendo y bebiendo lo que le habia puesto y, para Jungkook, era como su Jimin no tocara la comida, pero para el hermoso fantasma, era la gloria infinita.
—¿Quieres un poco?—dijo su esposo extendiendo una copa de vino traslúcida, cuando la verdadera, estaba en el altar sin que nadie la tocara.
