magenta ♡ crossover

(II) Flores

Lightning se dejó caer en la hierba con un suspiro pesado; la espada escapando de su mano a un lado de ella. Sin muchas fuerzas, se dejó caer hacia atrás con los brazos estirados.

El sol brillaba en el cielo concediendo una calidez intensa. La ligera brisa soplando de vez en cuando, refrescando su piel y su alma, la motivó a inhalar hondo. A veces necesitaba esto, el sentirse conectada con el mundo por un instante.

—¿Día difícil?

Lightning parpadeó aturdida, sus ojos azul eléctrico abriéndose a la visión de unos esmeralda; de una sonrisa de cereza; un cabello castaño pintado en matices dorados por el sol.

—Aerith. —Dijo. El simple sonido del nombre la hizo sonreír. Sintió como el peso en sus hombros desaparecía.

Aerith se movió para estar a la altura de su cabeza, sus delicados dedos ya encontrando sitio entre sus mechones rosados. Acariciando el cabello, amasando sus sienes y esparciendo paz con su toque.

—Te he dicho que trabajas demasiado. —Comentó la Gainsborough, apartando unas hebras de su frente.

—Ya lo sé, necesito descansar pero...

Un suspiro profundo sale de la Farron.

—Entiendo —la voz de Aerith se siente como un suave canto de primavera—. Mucho depende de ti, por eso siempre te estás esforzando.

De pronto, Lightning siente movimiento entre su pelo. Ella lo está jugueteando; abriendo y separando y tejiendo en los mechones rosas, y el perfume de las flores alcanza a la portadora.

—Pero sabes que siempre me tendrás, ¿verdad? —Continua Aerith.

Los ojos azules regresan a mirarla. —Lo sé.

Porque la chica de vestido rosa es como un soplo de libertad para Claire. Un momento entre sus conflictos donde se puede olvidar de todo, donde puede ser ella misma; ser alguien sin... responsabilidades. Incluso ser más de lo que se permite ser.

Es tonto, es cursi, pero estos pocos minutos en el tiempo solo estando bajo el sol; respirando, estando al lado de ella y permitiendo que decore su cabello con flores, lo es todo.

Es todo lo que necesita.

Un silencio cómodo se instala entre ellas, y el tiempo pasa solo con las emociones alrededor. Con la castaña añadiendo una nueva flor a su jardín rosado, con la ternura y amor que siempre tiene en cada giro y roce de uñas.

Cuando se detiene, es que Lightning se endereza y se sienta apropiadamente junto a ella. Por el rabillo del ojo puede ver los pétalos adornando el mechón de cabello que cae por su derecha. Pequeños colores silvestres de blanco, amarillo, rojo, azul y demás siguiendo un camino hacia arriba. Se voltea hacia Aerith, quien tiene esa sonrisa en los ojos y el brillo habitual animado de su persona.

Le provoca a Lightning tanta felicidad; una risita de sus labios y una suave expresión en su rostro, que la hacen besarla.

Se besan en un día soleado rodeadas de flores y libertad. Y eso es todo lo que necesitan.