Destino.
Layla.
Y como de película, mi espalda se queda pegada a la pared y mi oreja cerca de la puerta entreabierta que refleja las figuras de Anieska y Esteban, los dos hablan entre susurros entendibles, ajenos a mi presencia, pero están hablando de mí, él con un resentimiento que hasta ahora logro ir comprendiendo.
–¿Entonces llevas años enamorado de ella? —interroga Anieska y no sé si el asiente o niega porque solo lo veo desde el hombro hacia abajo.
–Layla fue mi primer amor, por decirlo de alguna manera. —y juro que casi me muero ahogada con mi propia saliva al escuchar esas palabras tan claras. –Pero ella siempre ha sido la ciega que actualmente es, enamorada de un gilipollas que se creía que ella le pertenecía, posesivo y controlador.
Habla de Brandon, algunos decían eso de él, pero yo nunca lo sentí así, era bueno, cariñoso, romántico, me trataba como a una princesa y solo me cuidaba, cierto que era sobreprotector, pero nada más que eso.
–¿Y por qué no se lo dijiste nunca? —pregunta Anieska y él suspira pesadamente..
–¿Para que? —su tono de voz es resentido. –Ella siempre ha vivido dentro de su burbuja, siendo inalcanzable para cualquiera, solo tenía ojos para él, un día desapareció y cuando lo encontraron ya estaba sin vida, pero ella entró en una especie de duelo, aún dentro de su burbuja.
–Que triste. —susurra ella.
Y recuerdo a detalle cuando mi ex prometido murió y yo solo quería meterme en la cama con todas las cortinas corridas y no salir de allí, caí en una depresión que duró muchos meses, andaba por los pasillos como alma en pena, la muerte de Brandon me golpeó bastante fuerte y es cierto que me aislé de todos, pero Esteban y yo jamás hemos sido amigos.
El vuelve a respirar con una pesadez arrolladora y sus palabras son lentas y pausadas.
–Tambien está el echo de que él me hizo la vida imposible y ella solo se hizo la ciega y desentendida, fingiendo que no veía nada, como su prometido me hundía, haciéndome quedar como el maldito todo el tiempo y me tocó admirarla de lejos, verla crecer, verla seguir siendo tan inalcanzable para mí,cada dia resintiendola más.
Ya no aguantando más esta conversación donde se desprestigia el nombre de Brandon, soy un paso al frente, captando la atención de los dos, Anieska se ve sorprendida, Esteban en cambio sonríe de lado.
–¿Nos das un momento a solas? —pregunto hacia la mujer que asiente saliendo de la sala de capitanes.
–¿Que quieres? Se breve, tengo cosas que hacer.
El tono que usa conmigo es despectivo como siempre, cargado de ese resentimiento que me he cansado de que sea un enigma, quiero respuestas, justo ahora.
–Quiero saber los verdaderos motivos de tu odio y resentimiento hacía mí, no más; que yo sé el porqué, porque no, no lo sé.
–De acuerdo, toma asiento.
Obedezco y él queda frente a mí, siendo consiente de su altura y los músculos marcados en los brazos cruzados sobre el pecho, siendo comprimidos por lo apretado de su camisa de mangas largas.
–Comencemos por Brandon, el gran y respetable Capitán Brandon, en verdad era un hijo de puta que por tal de que nadie respirara el mismo aire que su prometida era capaz de hundir a quien fuera, ¿Nunca te has preguntando como pase de ser Esteban, el respetable Capitán Esteban para ser la escoria de la ciudad y la Academia?
La verdad nunca lo he hecho, así que niego, es cierto que Esteban en su momento fue un excelente capitán condecorado que muchos respetaban y admiraban, pero de un momento a otro, muchos rumores sobre él fueron esparcidos por toda la ciudad y su reputación se vió afectada, nunca indague porque tenía asuntos más importantes que atender.
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Placer y Obsesión (Amores Que Hieren) #1
Novela JuvenilLayla regresa a Witko finalizadas sus vacaciones en Hawaii la tierra donde reside su padre. En su regreso al trabajo en la Academia Pembrook, unidad militar que pertenece a su apellido, una Academia que recluta y prepara soldados para la disposición...