Cena, para tí.
Layla.
Me doy una ducha de dos horas, metida en la tina, con el agua caliente y sales de olor, quitando todo rastro de suciedad, del olor putrefacto que había en esa celda y el olor a hospital, salgo y me coloco un albornoz, dejándome el cabello húmedo.
El dolor en las costillas no a desaparecido del todo y los moretones en mi rostro ya se están tornando violáceos, sé que se quedarán ahí por unos cuantos días.
Bajo a la sala y me encuentro a mi madre colocándose su bata de doctora, mis pasos captan su atención y voltea a verme, estaba muy asustada cuando se enteró lo que había pasado conmigo, inmediatamente apareció en el hospital nerviosa y preocupada, ahora su semblante se nota más relajado pero aún así preocupado.
–¿Te sientes mejor? —me examina el rostro y asiento.
–Un poco adolorida, pero nada que con algunos analgésicos no se quite.
–¿Si sabes que desde ahora estaré llamándote a cada momento?
Río un poco para aliviar su tensión.
–Mamá, tranquila.
–¿Cómo voy a estar tranquila cuando intentaron atracar a mi hija y la mandaron directo al hospital?
Suspiro y es inútil hacerla sentir tranquila con todo esto, estará muy nerviosa estos últimos días, así que solo beso su frente.
–Ve a trabajar, se te hará tarde.
–Come y descansa, por favor.
–Vale.
Me voy a la cocina y estoy a punto de comenzar a servirme la comida cuando suena el timbre, extrañada me dirijo a la puerta, no es que después de lo de aquella noche esté paranoica, solo que me sorprende, ya que Amanda hoy no vendrá.
–¡Hey! —un Ian con el rostro lleno de preocupación aparece del otro lado de la puerta. –¿Cómo estás? Ami me contó pero no pude venir de inmediato.
–Ya estoy mejor.
Lo invito a pasar y tomamos asiento en un sofá doble, le resumo todo lo que sucedió y la falta de respeto de los policías.
–¿Quieres que hable con papá? Él puede poner un anillo de seguridad a tu disposición, estarás más segura.
Niego, él pertenece a una familia importante y adinerada, su padre es ex general militar y ahora es fundador de una de las empresas más grandes de seguridad del país.
–Solo fue un atraco, no creo que suceda todos los días, estaré bien.
–Layla, dejaron tu auto, con tus cosas, intactos, te querían a tí, ¿Y si fue un secuestro intencional?
Lo miro en silencio, porque hasta yo lo pensé en su momento, no les interesaba mis cosas, ni el auto, ni las tarjetas, dejaron todo atrás, de echo, cuando recogieron el auto estaba intacto.
–No creo que haya sido eso, quizás solo fuí la persona incorrecta en el lugar correcto, pudo haber sido cualquiera.
Cambiamos de tema y nos preguntamos por nuestros días, hace mucho que no nos veíamos y nuestra conversación termina en un tema que me resulta tan familiar.
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Placer y Obsesión (Amores Que Hieren) #1
Novela JuvenilLayla regresa a Witko finalizadas sus vacaciones en Hawaii la tierra donde reside su padre. En su regreso al trabajo en la Academia Pembrook, unidad militar que pertenece a su apellido, una Academia que recluta y prepara soldados para la disposición...