Reencuentros Inesperados

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La semana había sido larga y oscura para BF. La pelea con Girlfriend, o Cherry como a veces le gustaba llamarla, había dejado una herida profunda en su corazón. Desde aquel día, su mundo había perdido su color. Se sentaba en su habitación, el sonido del silencio lo envolvía, y solo el eco de sus pensamientos lo acompañaba. Miraba la consola de videojuegos, los juegos que antes lo hacían sonreír ahora le parecían vacíos.

Una tarde, mientras contemplaba el atardecer desde su ventana, sonó un golpe suave en la puerta. Se quedó paralizado por un momento, preguntándose quién podría ser. Al abrirla, su corazón dio un salto al ver a Ayana, su exnovia. Su expresión era una mezcla de nerviosismo y determinación.

—Hola, BF —dijo ella, su voz temblando ligeramente—. ¿Podemos hablar?

La invitó a entrar, con el corazón latiendo fuertemente en su pecho. Se sentaron en el sofá, y Ayana tomó una profunda respiración antes de hablar.

—Sé que las cosas terminaron mal entre nosotros, y que he sido insegura. Pero he estado trabajando en mí misma. Quiero intentar ser novios otra vez, si tú también quieres.

BF la miró fijamente, asimilando sus palabras. Había algo diferente en ella, una confianza renovada que lo intrigaba. Tras un momento de reflexión, asintió, sintiendo que quizás era una oportunidad para volver a encontrar la felicidad.

Los días se convirtieron en semanas, y la conexión entre ellos creció. Ayana era más abierta, y sus inseguridades parecían haber desaparecido. Pasaban tiempo juntos, explorando la ciudad, riendo y disfrutando de la música. Una noche, después de una salida a un pequeño concierto, se encontraron en la sala de su casa. Las luces tenues creaban un ambiente acogedor.

—¿Te acuerdas de nuestra canción? —preguntó Ayana, sonriendo mientras se acercaba a él.

—Claro, siempre la recordaré —respondió BF, sintiendo cómo el calor de su cercanía lo envolvía.

Se miraron a los ojos, y en un impulso, BF la abrazó. Fue un abrazo que decía más que mil palabras. Ayana se dejó llevar, y pronto, sus labios se encontraron en un beso apasionado. El mundo a su alrededor se desvaneció, dejando solo la magia de ese momento.

La química entre ellos se intensificó esa noche. El ambiente estaba cargado de deseo, y BF y Ayana se entregaron el uno al otro, explorando la conexión que habían recuperado. Esa intimidad los unió aún más, y se sintieron más cercanos que nunca.

Un mes después, Ayana le pidió que la acompañara al médico, una cita que había estado posponiendo. La espera en la sala fue tensa, ambos intercambiando miradas nerviosas, pero llenas de expectativa.

Finalmente, el doctor entró, y la noticia que compartió dejó a BF y Ayana en estado de shock.

—Felicitaciones, Ayana. Estás embarazada.

El aire se volvió pesado, y por un momento, el tiempo pareció detenerse. BF se quedó en blanco, sus pensamientos desbordándose en una mezcla de emoción y miedo. Ayana, por su parte, sintió que el mundo giraba a su alrededor.

—¿Qué vamos a hacer? —susurró ella, sus ojos reflejando tanto temor como esperanza.

BF tomó su mano, sintiendo el calor de su contacto. No tenía todas las respuestas, pero sabía que enfrentarían este nuevo desafío juntos. En ese instante, mientras la realidad comenzaba a asentarse, ambos comprendieron que su amor se había transformado en algo más profundo. Lo que habían perdido se había encontrado, y ahora, tendrían que construir un futuro, uno que sería diferente, pero lleno de posibilidades.

La historia de BF y Ayana estaba lejos de terminar; apenas comenzaba.

"Disparos de Narrativa: Un Solo Capítulo, Mil Emociones"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora