Capítulo 0

15 1 0
                                    

El sonido repetitivo de su alarma comenzaba a clavarse más en sus oídos. Se removía entre las cobijas, acelerando su corazón, sin saber cómo sentirse ante la repetición de aquellas escenas distorsionadas dentro de su cabeza.

"Jaekyung… ¿De verdad no me cree…?"

Y como un reflejo, sus ojos se abrieron de inmediato, levantándose en el acto, procesando la anterior pesadilla. Su respiración era rápida y desordenada, sintiendo su corazón dentro de sus oídos, notando la aún oscuridad en su habitación, analizando su alrededor. Nunca sabía que pasaba además de eso, qué era lo que lo atormentaba tanto de recordarlo una y otra vez, pero su mente siempre se quedaba con esas palabras en particular.

Sólo era la ultima vez que pudo ver a Kim Dan… ¿Por qué le dolía tanto el corazón con cada mañana?

(...)

Había pasado ya más de una semana desde su último combate, siendo los últimos siete días los más estresante de su vida. El prestigio de su gimnasio había caído enormemente debido a su reciente derrota (o lo era para él) además de la falta al haber golpeado al otro competidor, por lo que su grupo se redujo a los pocos que aún creían en él.
Todos los medios comenzaron con las nuevas, siendo el tema favorito su caída de la cima; "¿El declive en la carrera del peleador Joo Jaekyung?", "Pelador suspendido: Joo Jaekyung golpea a contrincante tras…", "¿En el olvido? Esto se sabe del gimnasio 'Team Black'". Todos los reporteros estaban sobre él y sus cercanos al Team buscando algo vendible al público, parecía que todos festejaban su derrota; al contrario de ellos, Baek Junmin había subido en popularidad como la espuma, el nuevo campeón había crecido enormemente, cotizando cuanto pudo su imagen, siendo la aparente víctima con lo sucedido con Jaekyung tras la pelea.

Con los tres meses de suspensión, habían agendado su operación apenas el día siguiente. Desde entonces, había pasado tres días en el hospital y el resto encerrado en su enorme penthouse, aquel lugar tan alejado, tan… solo.

  –¡Jaekyung! ¿No fui claro con que tenías que reposar al menos dos semanas?, acabas de salir de una operación, y ambos sabemos bien porque tuvimos que llegar a ese extremo –el peleador sólo lo miro unos segundos, arrugando levemente su entrecejo, pasando de largo al entrenador; ya estuvo en casa suficiente tiempo para saber el porqué nunca lo hacía.

Con todo, cualquiera habría decaído en su posición, queriendo rendirse, pero él no. Muchos le decían admirar su fortaleza, el hecho de seguir aún con todo en su contra, aún cuando habían cientos o miles apoyando su derrota, pero para quienes habían podido realmente estar a su lado sabían que esto no era mas que orgullo. Era un orgulloso testarudo que jamás aceptaba un negativo de nadie, y eso era todo lo que lo había hecho caer.

El azabache paso a los vestidores, cambiando con cuidado su ropa, dejando sus cosas en su casillero para comenzar sus rutinas. Aún tenía que mantener el cabestrillo por las próximas semanas.
Había pocos más dentro, pero cada uno de ellos lo vio con sorpresa y preocupación en cuanto caminó a sus costados, murmurando a su espalda sin atreverse a intervenir. El peleador era bien conocido por su mal genio, y desde aquel combate sólo había crecido su irritación al mundo, aunque al igual, todo cerca a él extrañamente se sentía… triste.

  –¿Jaekyung, va a entrenar hoy? –siendo el más joven y gran admirador, Yoon-Gu se acercó con rapidez al hombre tapando su camino.

  –¿Por qué mierda todos me preguntan lo mismo? –si que ese día no sería la excepción. Con su mano derecha quito al chico de su andar, llegando cerca a los sacos para calentar.

  –Pero debe descansar, su hombro no sanará hasta en dos meses, y luego de eso aún tiene que seguir con su rehabilitación para fortalecer el músculo –Yoon-Gu no desistiría. Al igual que todos, Papa estaba preocupado por el hombre, aún más que otros tomando el cariño que el joven peleador aún sentía por él.

  –Es mi cuerpo, sé cuando está listo para esto –el ambiente ya era tenso. Jaekyung estaba cansado de hablar sobre su lesión, lo menos que quería pensar era en ello, porque de una u otra forma, el tema sólo lo llevaba a pensar en ese castaño, y no soportaba su cabeza (y pecho) doler.

  –Eso decía antes que se necesitara la operación, el doctor Dan dijo que-

  –¡ÉL YA NO ESTÁ! –todos miraron a su dirección, cayendo en un silencio absoluto. Jaekyung estaba molesto, y el que levantará la voz significa la última advertencia antes de explotar– No me importa lo que Kim Dan haya dicho, se largo de aquí y a partir de ahora no quiero oír su nombre cerca de mí, ¿entendido? –miraba directo al chico.

  –Pero, ¿por qué le molesta tanto que se hable de Kim-?

  –No se volverá a mencionar –antes que todo empeorada, Josep intervino, alejando al mas joven e intentando calmar el lugar–, pero todos tienen razón Jaekyung, necesitas absoluto reposo, los doctores y el nuevo fisioterapeuta te lo advirtieron.

  –Aun así, me importa un caraj-

  –¡Buenos días…! –y como si fuera broma, sin duda el mundo no conspiraba a favor del pelinegro. Heesung, como se había vuelto costumbre, aparecía de sorpresa con ese aire seguro e infantil– ¿Por qué tan callados?, pareciera que están de luto –formó una expresión triste, abrazándose a si mismo siguiendo con su dramatización– Volvieron a estar así de amargados desde que el angelito se fue.

Todos miraron a Jaekyung, notando su aura de amenaza sólo incrementar.
  –Con los problemas recientes y la salida de Kim Dan, todo a cambiado –el entrenador, que al oír el alboroto salió, camino al lado del rubio mientras daba leves palmadas a su hombro.

  –¡YA, YA!, ¡Con una mierda! Si van a mencionarlo con cada frase que digan prefiero irme a casa.

Sólo tomó de nuevo su mochila, saliendo sin siquiera mirar al rubio quien buscaba saber qué había pasado antes de llegar, haciendo suspirar a todo Team Black, dejándolos con dudas y desánimo.

  –A mi algo no me cuadra, se a estado portando extraño desde el combate con ese tramposo –luego de un corto silencio, Papa por fin habló saliendo de sus pensamientos, dejando ver algo de rabia al mencionar aquel combate. Había sido una maldición para todo Team Black.

  –No te preocupes Lindo, Jaekyung siempre a tenido un humor muy difícil… –restándole importancia, Heesung se acercó a él, acariciando su cabello.

  –No es eso… –avergonzado, alejó su mano, volviendo a su postura pensativa mientras buscaba una respuesta de los demás ahí– Sé que Jaekyung tiene mal humor, pero últimamente lo he sentido deprimido, no lo sé, se ve triste.

  –Cualquiera lo estaría en su lugar, Yoon-Gu –mencionó el entrenador Park. Él había sido quien "descubrió" a aquel hombre antes de ser lo que era, pero ahora el verlo caer…

  –Tranquilo Papa, es Jaekyung, nunca lo he visto decaer en el tiempo que lo conozco-

  –Eso sólo lo confirma –Josep interrumpió nuevamente al actor, suspirando agotado por eso últimos días– Aunque no se porte mucho como uno, Jaekyung es humano, y tarde o temprano todo lo que reprime simplemente explotara.

Todos empezaron a murmurar. Heesung sólo volvió a ver a Yoon-Gu, notando su expresión preocupada y su mirada perdida posiblemente por estarlo también en sus pensamientos. El chico sólo esperaba que todo comenzará a mejorar, pensando al final:
  –(Quisiera poder ayudarlo…)

Redención - JinxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora