Infinity - Arcane

II

-¿A dónde vas?-. Pregunto Powder a Vi mientras sostenía su pantalón.

-Voy a ver a Little Man, dijo que tenía un trabajo para nosotros-. Explico sin darle mucha importancia.

-¡¿Puedo ir con ustedes?! ¡Estoy lista, lo sé!-. Powder casi salta sobre el hombro de Vi, que miro un poco sorprendida.

-Ah... No lo sé-. La inseguridad se notaba en la voz de Vi, aunque Powder no se rendiría tan fácilmente.

-¡Pero lo prometiste!-. Acuso Powder mientras falseaba lágrimas sobre sus ojos.

-¡Esta bien! Bien, no debería ser tan complicado-. Vi dijo resignada.- Pero no debes quedarte atrás-

-No lo hare-. Powder brillo en júbilo y determinación.

-Bien, esa es la actitud-. Sonrió Vi mientras palmeaba con fuerza la espalda de su hermana menor, haciéndola tropezar, una mueca de dolor en su rostro que solo hizo reír a la chica mayor.

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-¿Vas a salir?-. Vander pregunto una ceja levantada.

-Claro, no quiero no conocer los alrededores si me voy a estar quedando aquí-. Azrael dijo con una sonrisa en su rostro.

-Está bien... Si recuerdas el camino de vuelta ¿Verdad?-. La duda plago el tono de Vander como el olor a alcohol la sala del bar.

-Estaré bien, recuerdo algunos pasos, tengo un truco-. La sonrisa rápidamente se volvió engreída.

-¿Truco? ¿Dejas migajas de pan por el camino o algo?-. Cuestiono divertido por su pequeño juego.

-No nada de eso, es simple en verdad, avanzar y retroceder-. Explico como la cosa más sencilla del mundo y lo era francamente hablando.

-Dejo este bar como el centro del mapa, avanzo en línea recta y si encuentro un muro o un camino muy largo, me detengo y regreso mis pasos, así en cada dirección que pueda, al final tendré mapeado solo el área circundante-. Aclaro mientras usaba sus manos para ejemplificar mejor. -Sin embargo es bastante lento, pero tengo tiempo, no tengo nada que hacer de todos modos, los chicos salieron hace poco-.

Vander levanto una ceja a la última parte, no dijo nada al respecto pero lo tomo en cuenta.

-Está bien, entonces ten cuidado, espero que llegues para la hora de la cena-. Ordeno indirectamente mientras se giraba para atender a la clientela, una mujer morena mirando desde una esquina la interacción con un ceño pegado a la cara, no es que Azrael se diera cuenta de ello.

-A la orden jefe-. Hablo un poco demasiado fuerte, llamando ligeramente la atención, Vander suspiro.

-Solo vete-. Intento que la molestia llegara a su voz, pero la sonrisa en su rostro lo traiciono.

La sonrisa de Azrael solo se hizo más grande mientras giraba y salía del bar con un movimiento bien practicado, Vander todavía se preguntaba como lo hacía parecer tan fácil, ese niño realmente es único.

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Azrael se apoyó contra la pared en profunda contemplación, el sonido de golpes azoto sus oídos como ráfagas.