Cobra Hasta El Final//Riley X Hawk/Eli {editando}

3

Riley entraba al dojo Miyagi-Do emocionada. Estaba feliz porque no estaba llegando sola. Apenas llegaron, varios se les quedaron viendo; bueno, miraban a Kenny.

—¡Lo lograste! —dijo Robby acercándose a ellos. Kenny y Robby se miraron durante unos segundos para después saludarse chocando los puños. Luego, se acercó Miguel, quien saludó de la misma manera a Kenny.

El entrenamiento fue un poco más amigable; se sentía paz, parecía que los problemas entre las personas del valle estaban acabando. Eli se mostró un poco más hostil con Kenny, ya que decía que Kenny gustaba de Riley.

—Amigo, es la forma en la que él la mira —dijo Eli, observando a Riley, quien ayudaba a Kenny con algunos movimientos de Miyagi-Do.

—No lo sé… —dijo Miguel—. Siento que solo se llevan bien. Además, como dijo Robby el otro día, Kenny le tiene mucho aprecio a Riley, ¿no?

—Sí —respondió Robby—. Ella lo ayudó mucho; es comprensible ese cariño.

—Sigue sin gustarme, es que miren… —señaló Eli a Kenny, quien se quedaba mirando a Riley con una sonrisa mientras ella hablaba con Aliento de Gorila.

—Puede que él guste de Riley, pero Riley gusta de ti, y eso es suficiente —dijo Demetri.

—Muy bien, muy bien, ya tienen la kata. Veamos cómo la usan —dijo el sensei Johnny al ver a Sam y Tory entrenando—. ¡Posiciones de combate! ¿Listas? ¡Peleen! —Ambas dudaron durante varios segundos, hasta que Tory decidió lanzar el primer golpe, el cual Sam esquivó. Nuevamente, dudaron varios segundos—. ¡Vamos, peleen!

Esta vez fue Sam quien dio el golpe, pero lo hizo super lejos de Tory.

—¿Qué es esto? ¿Patinaje artístico? Bien, suficiente. Tory, abajo. Riley, subes.

Riley asintió y se acercó al podio.

—Posiciones de combate —dijo el sensei Johnny—. ¡Peleen! —Esta vez sucedió lo mismo; ambas chicas dudaron en golpearse, sentían que un mal golpe podría revivir la enemistad que tenían antes—. Ya, suficiente. Tory, sube. Quiero que hagan 25 puños invertidos.

Al terminar el entrenamiento, Devon se acercó a las chicas.

—Hola… Me preguntaba si quisieran ir a mi casa hoy... en la noche —dijo Devon.

—¿Hoy? —dijo Riley—. No lo sé, hoy Eli me ayudará con las terapias de la mano.

—¡Yo te puedo ayudar! —dijo Devon—. Mis padres no están y no quiero estar sola.

—Está bien —dijo Sam.

—Allí estaremos —dijo Tory.

—¿En serio lo haremos? —Riley no se veía muy convencida.

—Sí, puede que sea divertido…

{...}

—¿Devon tiene dojo en casa? —preguntó Tory.

—No lo sé —respondió Riley.

—Yo tampoco sé, pero llevo zapatos por si Johnny nos tira a un arroyo o a arenas movedizas —las chicas solo se acercaron a la puerta cuando Devon les abrió emocionada.

—¡Vinieron! Estamos en el sótano.

Las tres se rieron y entraron a casa de Devon, dirigiéndose al sótano, donde vieron todo lleno de globos rosas y música horrible.

—¡Bienvenidas a Miyagi-Do al anochecer! —dijo Johnny.

—No creo que deba llamarlo así —dijo Sam.