luchar como niña, pegar como cambiaformas.

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Los cambios de Lando puntualmente empezaron a partir de que cumplió doce años, la revolución hormonal fue intensa, los estallidos de furia eran casi incontrolables, las lágrimas y las ideaciones suicidas rondaban como moscos por la mente del adolescente. Ambos padres se mostraban agotados y frustrados, ya que los estudios científicos, sociales y psicológicos apenas empezaban, Khalé obligaba a Lando a salir por los bosques y cambiar a su forma de animal, esto ayudó mucho a contener los estallidos de psicosis, la familia se aseguró de que su círculo cercano se informara sobre la mutación.

César y Danira que estaban más en casa optaron por acompañar a Lando por las noches para dormir con él, y mientras las semanas pasaban Khalé indagaba más entre las manadas aliadas, y desde toda nueva tierra le llegaban reportes con casos, investigaciones, estudios, pero no una cura.

Lando por su parte se miraba en el espejo apreciando como su voz no cambiaba, durante meses observó cada cambio, también se enfrentó a la discriminación y burla de sus comañeras y compañeros de clases, pero era su hermano Tobi quien salía en su defensa.

—No pelees más, —suplicaba un hermoso Lando mientras curaba el labio roto de su hermano, Tobi solo bufó molesto, negándose a responder, —papá se molestará por ello, —aseguró Lando.

—No me importa, solo sé que cualquiera que te vuelva a poner una mano encima, lo pagará.

Lando fue golpeado en diversas ocasiones, y entendió que muchos omegas positivos optaban por esconder su condición, por huir de casa, o por atentar contra su vida, en un lamentable intento de dejar de sufrir. Al principio se recortó el cabello que siempre le había llegado a los hombros, se cubrió con vendas sus pequeños pechos y utilizó pantalones y ropa amplia y con todo no fue suficiente. Su casillero lo llenaban de condones usados, de basura del baño y de tierra, le gritaban fenómeno y lo acosaban sin descanso. Los maestros no estaban preparados para manejar aquello y sugirieron a los padres que su hijo terminara la educación en casa,de más está decir que el alfa estaba muy indignado.

César lloraba continuamente y hasta su tío Brandon había llegado al extremo de amenazar a adolescentes, en un desesperado intento por ayudar y defender, nadie en la familia estuvo de acuerdo aunque entendían el motivo de su acción.

La depresión se hizo presente, no salía de su recámara y se negaba a ver a su amada familia, no porque no los quisiera, sino porque no se quería a sí mismo.

Conforme pasaron los meses Lando aprendía sobre sí mismo, empezó a anotar en un diario los cambios que sufría, sus emociones y las medidas que sus padres tomaban como inscribirlo a clases de pintura, todo para contrarrestar la psicosis y la depresión, poco a poco fue saliendo de su habitación y fue agradable ser consciente del amor de sus padres, de sus abuelas y sus tíos.

Hasta que sucedió lo más doloroso, un intento de violación. Su padre César no había podido ir por él, y Lando se negó a que los escoltas fueran hasta la academia de artes plásticas, solo tenía que atravesar un tramo de no más de cinco minutos a pie dentro del bosque hasta llegar a su casa y ahí estaban, un grupo de muchachos que seguramente estaban drogandose, Lando reconoció a algunos y estos le reconocieron y de inmediato lo rodearon, eran cinco, dos de ellos lo tomaron por las manos y los pies mientras los otros tres gritaban obscenidades y se adentraron al bosque.

Lando gritó, mordió y pateó, pero estos solo se reían, pronto fue lanzado al suelo, su espalda golpeó las pequeñas y filosas piedras, la ropa le estaba siendo arrancada, Lando tenía que decidir... vivir siempre como una víctima o pelear con todas sus fuerzas.

Rápidamente su cuerpo entendió la decisión y se transformó, no era un lobo grande, pero los meses que había corrido con su padre por los bosques le había dado algo que muchos cambiaformas que ya no tenían porque evitaban contactar con su animal, agilidad y la capacidad para planear una emboscada.

De manera frenética mordió a los muchachos, a uno le hirió en los genitales, estos no podían cambiar mientras estuvieran bajo el influjo de bebidas alcohólicas o drogas, así que era una ventaja que Lando aprovechó. ahora los que lloraban y suplicaban eran ellos, lando solo respondía como el animal que era en ese momento, sin piedad y con furia, uno de ellos desesperado le pegó con una piedra en el hocico, logrando romperle el labio, Lando gruñó y se lamió la sangre, pero su mirada depredadora y maníaca se dirigió al agresor, saltó ágilmente sobre él logrando arrancarle dos dedos, el aire olía a sangre y orina. Los muy cobardes se habían hecho en sus pantalones, rapido lando se dio cuenta de que podía huir y lo hizo, corrió frenéticamente, su corazón latía y parecía a punto de reventar, hasta que vislumbro la entrada de su casa, los guardias lo vieron y rápido lo auxiliaron, el jefe de seguridad, Rubén dio la orden de peinar el bosque alrededor de la mansión los atacantes no podían estar lejos, heridos, drogados y orinados no tenían ventaja, Lando cayó desmayado mientras escuchaba a los guardias movilizarse.

Su cuerpo entró en un estado de hibernación el choque emocional fue demasiado, sus padres estaban preocupados, César lloraba y exigía justicia para su hijo, por su parte Khalé dio caza personalmente a los agresores, él, Tobías y Brandon se unieron al grupo, tardaron cerca de dos horas en dar con todos los agresores.

—Papá, —la voz rasposa de Lando se unió al ruido de las máquinas, César dormitaba junto a la cama de su hijo, mientras que Khalé estaba sentado en el mullido sillón cerca del rincón.

Los ojos de César se abrieron de inmediato y Khalé se acercó a su hijo mientras cuidadosamente le acariciaba la frente.

—¡Mi bebé!, —gruesas lágrimas caían por las mejillas de un muy demacrado César, pronto esas lágrimas mancharon las pálidas mejillas de Lando, pero al adolescente no le pudo importar menos, sonrió y al hacerlo le dolió el labio.

—Te hirieron hijo, —la voz de Khalé se quebró por un momento.

Lando cerró los ojos, en ese bosque había muerto el muchacho deprimido que se odiaba y había nacido una persona nueva.

—Yo los dejé peor, — afirmó con orgullo.

Khalé exhaló, hinchó el pecho y sonrió, su hijo era un luchador, mientras César apretaba fuertemente la mano de su hijo, y sabía que nunca lo soltaría.

Lando inició campañas de concientización, creó grupos de apoyo con la ayuda de especialistas, y acosó al consejo alfa para proteger los derechos de los omegas positivos, propuso programas anti acoso en las escuelas y espacios públicos, exigiendo que los maestros y personal docente se preparen para admitir y tratar con los omegas positivos, pero sobre todo se negó a no ser él mismo. Abrazó su cambio, optando por usar vestidos y maquillaje, descubriendo que era infinitamente feliz experimentando con su prima Reila, mientras veía a Tobi que se le caía la baba por ella y huyendo molesto al estar cerca.

Sí su historia sería interesante y de él dependía ser feliz.

El aullido del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora