Capítulo 1

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Día a día suceden cosas a nuestro alrededor y muchas veces no somos capaces de verlo. Algunas de ellas son aún desconocidas para las personas o escapan de nuestra lógica, y eso nos lleva a ponerles apodos, como; Sucesos paranormales.

Criaturas y entidades desconocidas, algunas inofensivas y otras con intenciones malignas, que escapan de aquél oscuro lugar, que se cree, yace bajo tierra, donde las llamas arden de manera perpetua. Se dice que estos no suelen salir por propia voluntad, muchos son invocados para cumplir alguna petición y otras solo aparecen cuando ya tienen sus tétricos ojos puestos en un alma que sea apetitosa para ellos; triste y desolada.

Sin embargo, estos que salen por sus propios medios, necesitan atraer la atención de su presa, mientras esperan al acecho, entre las penumbras. Esperando el momento preciso para atacar...

Oscuros nubarrones fueron asomándose de manera repentina en el hermoso cielo diurno, convirtiendo todo en un ambiente lúgubre, además de extraño. No estaba pronosticado que lloviese tan pronto. Todo mundo se mantuvo estoico ante las peculiares nubes que seguían esparciéndose sobre ellos.

Un estallido provino de estas y una torrencial lluvia no tardó en cubrirlo todo, provocando que fuese casi imposible distinguir algo entre la misma. Obligando a todo aquél que buscase algún techo o refugio temporal.

No sólo la ciudad estaba siendo afectada, sino también los pequeños y carenciados barrios que había en los alrededores. Es en ese lugar donde puede oírse como si alguien estuviese corriendo bajo la tormenta. Una figura femenina se dibujaba entre el aguacero, buscando algún refugio cercano y con la poca visión que tenía en ese momento, logró divisar un antiguo edificio. No dudó en adentrarse en el mismo.

— Lluvia de mierda. ¡Podrían haber avisado!

Se despojó de la polera café que traía, quedando solo con un brasier oscuro cubriendo la parte superior de su cuerpo, dejando al descubierto las cicatrices en sus brazos y parte de su torso, iban a "juego" con la pequeña cicatriz en sus labios. Estrujó y sacudió para quitar todo el excedente de agua en la prenda, y en una madera suelta la colgó. Los brazos se frotó con ambas manos, las mismas estaban frías, sería casi imposible entrar en calor de esa manera.

— Vaya día de porquería. — Se quejó y el ceño frunció.

Un aire helado le recorrió su espalda desnuda, se giró y por sobre su hombro logra observar lo que parecía ser un oscuro pasillo. Una inquietante sensación le invadió, pero a la vez, la curiosidad le incitaba a que se aventurara.
La única iluminación que tenía eran los relámpagos provenientes del feroz temporal que había fuera.

Se atrevió a caminar por las estrechas paredes, hasta llegar al final del pequeño pasillo. Se encontró con un enorme salón, sólo cubierto por telas de araña y una absurda cantidad de polvo sobre los muebles.

Un nuevo estallido vino del cielo y la breve luz reveló una serie de simbologías en las húmedas paredes. Algunos habían sido marcados y otros estaban manchados con algo que preferiría no saber su origen.
Lentamente fue retrocediendo y procedió a buscar alguna vela, fósforo o lo que fuese para preparar una fogata y así calentarse. Lo que menos quería en ese momento, era atrapar un resfriado o morir de hipotermia.

Al tanteo por la oscuridad, chocó con algo que parecía tener forma cilíndrica y al agacharse, se lleva la gran sorpresa de que se trataba de una linterna. No le proporcionaría calor, pero podría ver mejor y probar suerte en las demás habitaciones.
Al encenderla, alumbra hacia el suelo, topándose con lo que parecía ser un diario o libro. La ilustración de aquella página marcada llamó su atención; un demonio y debajo había algo escrito.

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