Capitulo 1: La resurrección

1 0 0
                                    

Tengo muchas penas
que me amargan el corazón

cada dia comenzaba igual, conmigo a medio dormir, aturdida por el pitido increíblemente agudo del despertador, enojada conmigo misma por haberlo programado la noche anterior y por no haberme dormido más temprano, y maldiciendo apenas ponía un pie fuera de mi calentita y cómoda cama.

camino hacia el baño, con mis pies descalzos moviéndose lentamente, casi como si estuvieran temerosos del día que se aproxima. la baldosa estaba más fría que de costumbre, pareciera como que todos los días se congelara más, se que estamos en pleno verano pero, aún así, no paro de sentir frío.
De cualquier manera agradezco que haya algo que cambie cada día en mi vida, aunque sea solo la temperatura de mis baldosas apenas despierto. la monotonía podría matar a cualquiera.
al llegar al baño presionó el interruptor tratando de encender las luces del baño. apenas me acostumbro a la luminosidad del ambiente.

Lo primero a destacar del increíblemente gigantesco baño es, como mencione antes, lo luminoso que puede ser en las mañanas. Miro en el espejo, y observo a alguien, a alguien tan ajeno, tan triste, con una mirada condescendiente hacia sí mismo, con amabilidad forzada al mundo. tomo mi cepillo, con cerdas de mis colores favoritos; azul y blanco. Comienzo a cepillarme mientras veo a ese alguien, agacho mi cabeza pensando en como alguien puede cambiar tanto. mojo mi cara para tratar de despertar de un sueño que presumiblemente es infinito.
recojo mi toalla favorita, una de princesas que tenia desde hace años, la miro un momento y la nostalgia me invade. cada día esa toalla me recuerda lo que ya no soy, lo que murió dentro de mi.

apago la luz y salgo del baño mientras parpadeo rápidamente para tratar de acostumbrarme a la oscuridad del pasillo que se me aproxima. comienzo a caminar, alcanzo a distinguir unos cuadros con imagenes, fotos que parecían bastante viejas por su estado deplorable aunque la verdad es que fueron tomadas hace meses. veo fotos mías, de mi madre, de suzy, mi perrita y una en la que estamos las tres juntas de viaje en las montañas.
Puedo decir con firmeza que sin duda esa es mi foto favorita por lo irónico de la situación; entre todas suzy era la única feliz.

finalmente vuelvo a mi cuarto, camino con cuidado sobre el piso de alfombra azul, como si tratara de no despertarme a mi misma. recojo mi uniforme y el bolso que había dejado preparado la noche anterior y bajo por las escaleras solo para encontrar el mismo panorama de siempre, la soledad absoluta.
ni mi perrita ni mi madre estaba aún despiertas así que en la casa se sentía una paz increíble, tome las llaves de la casa y me dispuse a empezar mi viaje.

claramente el frío que sentí o la brisa que acaricio mi rostro debieron haber sido un augurio de lo que iba a a pasar hoy, de algo que iba a cambiar mi vida y mi percepción de esta, del amor y el desengaño. capaz si hubiera visto las nubes que de alguna manera con su forma de algodón apuntaban a la dirección contraria en la que iba como si quisieran protegerme del destino. sin embargo nunca fui buena fijándome en los detalles, así que me puse mis audífonos y con paso lento pero seguro llegue a la cafetería a la que iba cada mañana.

Mis ojos se posaron primero en el menú que estaba encima del mostrador, café latte, café mocha, habían tantas opciones. me reí pensando en que pediría lo mismo de siempre:

- Hola un chari descafeinado, por favor.

chari era un bebida que hablando inventado en la cafetería, contenía chocolate, café, leche, hojitas de menta y juguito de naranja entre otras cosas. desde la primera vez que lo probé con mi madre nunca más lo pude soltar, en encantaba así que siempre lo pedía en esta cafetería así que mantengo el legado.

de repente mis ojos se posan en una figura, caminando despacio entre la gente y entrando cautelosamente tal cual como algún asesino buscando a su victima. tenía su cabello de color negro que hacía juego con sus ojos sin embargo sus ojos tenían un destello particular algo muy diferente que nunca había encontrado en alguien . llevo sus manos a su cabello, peinándolo en dirección contraria de su frente. llevaba un chaquetón de cuero negro y una camisa simple blanca. sus pantalones combinaban increíblemente con su tenida y no pude evitar mirarlo de reojo por todo su trayecto en la cafetería. parecía embobada mirando como caminaba, sus hombros que se movían de forma varonil, su cara de malo y sus labios de gamuza roja.

- Isabella westwood

me interrumpe el sonido de la barista llamándome por mi café, miro al hombre desconocido una última vez y me giro a tomar mi café. le agrego dos sobres de azúcar a la bebida además de un poco de canela . siento una sombra con su respiración detrás de mi, me giro para ver de quien era el peso que sentía, nunca me había gustado que estuvieran atrás de mi y mucho menos si es un hombre. antes de que pueda girarme por completo esa figura se dirige hacia mi.

- Así que isabella?

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Oct 27, 2024 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Crónica de las cosas que nunca fuimos Where stories live. Discover now