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MIS OJOS se encontraban analizando mi reflejo en el espejo, mi silueta estaba cubierta por un vestido color violeta junto un corsé del mismo tono, y por mi baja estatura usaba mis hermosos tacones color blanco que destacaba absolutamente todo. Pero, me notaba más gorda, pequeños rollos se formaban en mi abdomen, intenté de todo, incluyendo crema reafirmante pero nada. Absolutamente nada. Y mis brazos, se veían mas regordetes que antes, sabía que no debí de hacer caso a Ben cuando me ofreció aquel alfajor, soy una tonta...
Pero, tratando le olvidar eso... Hoy era el día de la llegada de los hijos de los villanos, siendo estos Cruella de Vil, Jafar, La Reina Malvada, Maléfica y la Reina Roja. Solo de pensarlos se me eriza la piel, jamas pensé que este momento llegaría tan rápido.
—Toc, toc, —resonó una conocida voz junto a unos toques en la puerta. —Ya entré así que no me importa. ¿Lista? Nos esperan en la entrada. —Milo abrió la puerta de su alcoba, recargándose en el marco de la puerta. —Te ves horriblemente linda, MiMi. Andando.
—Si claro, ya voy. –por último, se colocó su clásico gloss con sabor a cereza por sus carnosos labios soltando un bufido al final, para después dirigirse a la puerta y tomar el brazo de Milo yendo hacia la entrada de la Preparatoria Auradon encontrándose a su querido Ben y a su fastidiosa novia, Audrey.
