Si yo pudiese~ Draco Malfoy

~capitulo 39~

Habian pasado varios dias desde la última prueba. Mañana era la tercera y última. Las cosas con Draco y Mattheo estaban algo tensas, y me lo esperaba de verdad. Aunque trate de estar bien con Mattheo, es imposible. Obviamente los dos habiamos estado en una relación bonita, pero toxica. El finge que esta bien, pero se que le cuesta verme con Draco, por eso trato de no estar muy pegada a Draco cuando estamos delante dé Mattheo. Sin embargo a Draco le da bastante igual, me besa, me abraza, me acaricia delante del que este, segun el, quiere marcar territorio.

Ahora mismo me encontraba en el patio estudiando herbologia. A lo lejos vi a Cedric Diggory, que se estaba acercando y no se porque.

—Isabella. — dijo con una sonrisa.

—Cedric. — dije un poco extrañada. — ¿necesitas algo?

—Oh no, solo estaba dirigiendome para una de mis clases extras, pero creo que me la saltare.

—¿Y a que se debe eso?

—Estoy cansado, no paro de preparme para la prueba, que es mañana encima. — se sentó junto a mi.

—Entiendo, debe ser duro.

—Si, lo es. — dijo con una pequeña sonrisa mientras miraba hacia el frente. — por cierto, tu u Draco...

—Si, se lo que vas a decir. soy una malisima persona.

—Soltó una pequeña risa. — No iba a decir eso.

—¿No?

—No, solo queria decirte que seáis felices, ¿por qué serias una mala persona?

—Mattheo...

—Tu quieres a Mattheo, pero amas a Draco, ¿me equivoco?

No dije nada, pero creo que mi silencio se lo dijo todo.

—Eso me pasa con Cho y Stella.

—¿Um?

—Si. — sonreia mientras arrancaba cesped del suelo. — quiero a Cho, mucho.

—Pero...

—Pero amo a Stella, muchisimo mas que a nadie en este mundo.

Sonrei, ya me estaba pensando otra cosa.

—Por eso, no te sientas culpable Isabella, ya sabes que no elegimos de quien nos enamoramos.

—Tienes razón. — dije cerrando el libro de herbologia. — pero siempre acabo dañando a alguien.

—Si dos personas te aman, esta claro que una saldrá herida, pero eso tambien es cosa de esa persona, porque fue esa persona la que se enamoró de ti, tu no obligaste a nadie a amarte.

—¿Entonces crees qué Mattheo esta muy dañado?

—Si, pero encontrara a alguien, cuando tu ya no estes habra otra persona que lo haga feliz.

Esa frase me dolio, bastante y no sabia muy bien porque.

—Si algun dia yo no estoy, quiero que otro chico haga feliz a Stella, quiero que sea la mujer más feliz del mundo.

—Lo será junto a ti, Ced.

—Si, estoy seguro que si. — se levantó y me dio la mano para levantarme. — cuando gane este torneo la abrazare y la besare con la copa en la mano.

—Lo vas a ganar, estoy de tu parte o de Harry. — dije sonriendo.

—Me alegra tener tu apoyo, mañana ganare, lo prometo.

—¿Lo prometes? — dije riendo.

—Pinky promise.

Su dedo meñique se entrelazo con el mio.