Dedicado a Tony_Startk
Perdón si no es lo que esperabas, casi no entendí lo de "victima" y me dió pena preguntar de nuevo.
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Simón siempre había sido un chico diferente. Desde pequeño, supo que era gay, pero en una sociedad conservadora como la de su ciudad, nunca se atrevió a salir del clóset. Sin embargo, en la preparatoria, su orientación sexual se convirtió en un tema de burla y acoso para sus compañeros ya que un día que se encontraba hablando con su amigo Alejandro se lo confesó a lo que él no se lo tomó bastante bien así que le comenzó a gritar en la cara, llegó más gente a ayudarle pero al darse cuenta de lo que estaba pasando también le comenzaron a gritar.
Cada día era una pesadilla para Simón. Los chicos de su salón se burlaban de su forma de vestir, de su manera de hablar, de sus gustos. Lo llamaban "marica" y "afeminado". Simón intentaba ignorarlos, pero las palabras dolían.
En medio de todo ese dolor, había una persona que lo apoyaba en secreto: Juan Pablo Isaza. Isaza era un chico popular en la prepa, conocido por su habilidad en el fútbol y su sonrisa encantadora. Sin embargo, lo que nadie sabía era que Isaza también era gay.
Isaza y Simón se habían conocido en el primer año de prepa y rápidamente se convirtieron en amigos. Sin embargo, su amistad debía mantenerse en secreto. Isaza tenía miedo de que si alguien descubría su orientación sexual, le harían lo mismo que a Simón.
Un día, mientras Simón estaba sentado solo en el comedor Isaza se dió cuenta de que unos chicos se reían a unos cuantos metros, se acercó y se sentó a su lado.
- Hey, ¿cómo estás? - le preguntó en voz baja.
Simón suspiró.
- Mal, la misma mierda de siempre. No puedo aguantar más esto
Isaza lo miró con compasión.
- Lo siento, Simón. Me duele verte así, pero ¿sabes qué? Ya no lo harás, o al menos, no solo.
De repente, Isaza se levantó de su silla, puso sus manos alrededor de su boca para hacer un megáfono improvisado para comenzar a gritar.
- ¡Todos escuchen! ¡Tengo algo que decirles!"
La sala se quedó en silencio prestando atención a lo que haría Isaza ya que él era alguien muy reconocido y respetado en la prepa. Isaza tomó aire y continuó con su discurso.
- Sé que muchos de ustedes se han burlado de Simón, lo han llamado de muchas maneras hirientes y lo han hecho sentir mal. Pero quiero que sepan que eso no está bien.
En la sala se comenzaron a escuchar murmullos del desconcierto de ver a Isaza haciendo algo como eso.
- ¿Qué pasa, Isaza? ¿Te has vuelto marica? - se burló uno de los chicos del equipo de fútbol.
Isaza lo ignoró y continuó:
- Simón es mi amigo, y no voy a permitir que lo traten así. Y... y también quiero decirles que me gustan los chicos.
La sala estalló en burlas y risas. Entre todos las burlas las que más resaltaban eran dos: "¡Isaza es marica! ¡Isaza es gay!"
Isaza no se rindió. Se acercó a Simón y lo miró a los ojos.
- Isa, no tienes que hacer esto por mí, no tienes que fingir - murmuró a lo bajo.
Toda la sala volvió a quedar en silencio tratando de escuchar lo que esos dos se murmuraban en la esquina.
- Simón, no estoy fingiendo, desde que te conocí supe que eras diferente. Y me gustó. Me gustó tu forma de ser, tu sonrisa, tus gustos, tus gafas. Me gustaste tú, Simón - dijo en un susurro sin que nadie escuchara.
Simón se quedó atónito, no podía creer lo que estaba pasando.
Se había convertido en un secreto a voces lo que Simón sentía por Isaza, al principio fue admiración la cual después se convirtió en algo más.
- ¿Isaza...?
Isaza sonrió y tomó la mano de Simón.
- Sí, Simón, te lo repito por si no escuchaste bien. Me gustas. Y no me importa lo que piensen los demás.
El silencio reinaba de nuevo. Los chicos se miraban entre sí, sin saber qué hacer. Algunos se burlaban, pero otros parecían entender.
Simón e Isaza se miraron a los ojos, y por primera vez en mucho tiempo, Simón se sintió libre. Libre de ser él mismo, libre de gustar a alguien sin miedo a ser juzgado.
-Gracias, Isaza - dijo Simón, sonriendo.
Isaza sonrió de vuelta.
-No hay de qué, Simón. Soy tu amigo, y siempre estaré aquí para ti.
Y en ese momento, Simón supo que había encontrado a alguien especial, alguien que lo aceptaba tal como era. Y que no estaría solo nunca más.
Al terminar el día nadie se había atrevido a hablarle a Simón ya que tenían miedo a que el tipo de 1.90 los golpeara.
Los dos salieron juntos del salón, platicando.
- ¿Sabes qué estuve pensando las demás clases?
- ¿Que cosa?
- Que te dije que me gustas y me dijiste "gracias".
Simón se pellizcó la mano tratando de encontrar palabras.
- También me gustas, desde siempre - respondió atropelladamente.
Los ojos de Isaza brillaron ante esa declaración.
- ¿Lo dices enserio? - Simón asintió.
- Sí, Isa, me gustas.
Como estaban en el turno de la tarde ya eran las 9 de la noche por lo que ya estaba oscuro. Este gran momento coincidió con que se fue la luz de repente, lo que Simón aprovechó para ponerse de puntillas para besar a Isaza rápidamente.
- ¡Pero avísame! - Simón rió y volvió a estampar sus labios con los de Isaza - quiero que salgas conmigo, quiero llevar nuestra amistad a algo más - mencionó al separarse.
- Pero no quiero que te critiquen por ser como yo.
- Simón, ya hemos mantenido nuestra amistad en secreto, no creo aguantar que ahora sea una relación. Además, las críticas son el peso que tenemos que cargar por ser "diferentes".
Entonces Simón lo entendió, entendió que ahora su vida cambiaría, por fin ya no tendría esta lucha solo y podría hacerla con alguien más, ya no importarían las críticas, solo estar junto al otro y enfrentarlas juntos.
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Es la primera vez que escribo algo de este ship gpjsvoyacpudcoycsyoac
