Embarazada del Alfa

                                       Capitulo 7

El perfume amaderado le inunda las fosas nasales, entonces ella sonríe por inercia ante el delicioso aroma.

No solo es el olor de su compañero lo que la hace tan feliz, también es el hecho de sentirse segura con su calor, ese que emana de su cuerpo peludo.

<<Su pelaje es tan suave...», piensa y vuelve a sonreír.

Sus ojos se abren con lentitud y, a medida en que recupera el conocimiento, la sensación de seguridad se va desvaneciendo hasta que se siente sola y desamparada.

-Alfa Tron... - balbucea.

Ella se incorpora y mira a su alrededor confundida, entonces cae en cuenta de que ya no se encuentra dentro de aquella lujosa habitación ni que su compañero está con ella.

De inmediato, las lágrimas le mojan las mejillas, gracias a la decepción que la tortura ante su cruda realidad.

Está sola y su compañero destinado no se preocupa por ella.

-Solo fue un sueño, el alfa nunca estuvo conmigo en su forma lobuna. Pero si ya sé cómo es él, ¿por qué me duele tanto su indiferencia? - llora desconsolada.

Ella se sorbe la nariz y se tira de la cama. Se revisa varias veces y nota que está completa y... viva.

-¿El alfa no me rechazó? O puede que yo sí haya sobrevivido, después de todo.

Ella escanea la habitación con la mirada y al instante recuerda que se trata de la alcoba que le fue asignada, lo que significa que todavía se encuentra en la casa de su mate.

-¿Qué habrá pasado? -dice para sí.

Con sigilo y temerosa de lo que pueda encontrar fuera de esa habitación, Otsana sale hasta el pasillo, pero este se encuentra vacío y en silencio, lo que le da a entender que no hay nadie por los alrededores.

-¿Qué hago? ¿Debería escapar? -El corazón le piensa a latir muy rápido al sopesar esa idea.

Otsana camina a hurtadillas hasta llegar a las amplias escaleras, entonces empieza a bajarlas con cuidado de no ser descubierta.

-Tron, ¿ya podemos hablar? -Ella se devuelve corriendo cuando escucha la voz de una mujer.

Se esconde detrás del barandal para esperar a que la sala quede sola otra vez, pero ver al imponente alfa la paraliza del miedo, entonces, aunque en su mente desea regresar a su alcoba, su cuerpo no la obedece.

<<Tengo miedo...», piensa aterrada.

Teme por su futuro y por lo que hará el alfa con ella cuando note que está despierta. Le da pavor el dolor que sentirá en el momento en que él rompa el lazo que los une, pero más le aterroriza el no volver a ver a su madre.

-¿Qué haces aquí? -gruñe él con hastío.

-Vine a verte, mi amor. ¿Qué? ¿No te da gusto que te venga a visitar?

-Tengo demasiados problemas encima, Vesti, así que no estoy de humor para visitas.

La mujer, de cabellera rubia y de vestuario elegante, se le acerca y le rodea el cuello con los brazos.

El alfa es tan alto, que ella tiene que ponerse de puntitas para alcanzarlo y, cuando lo hace, une sus labios en un beso intenso.

En ese momento, Otsana siente como si una estaca le atravesara el pecho,asimismo, un nudo se le forma en este dándole la sensación de que le falta el oxígeno.