Bajo el cielo de Europa

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Gala

Estaba estudiando para el último examen del curso, llevaba tres días sin salir de casa para sacar la mejor nota posible, con 18 años recién cumplidos y un a media en bachiller de 8,35 estoy esperando un 10 en este último examen de evau.

Pienso tirarme el verano de fiesta, de aquí para allá, quiero conocer países, descubrir mundo y cambiar de aires, eso me gritaba mi mente, claro que luego nunca me atrevía.

Escuche unos golpes en la puerta de mi habitación, me quite los cascos y vi como mi hermana entraba a tocar mis cosas.

-Helena que quieres, estoy estudiando- suspire agotada

-Que guapa estás hoy- sonrió ella, quería algo- Por cierto hermanita- ahí va- Como no vas a salir hoy, me preguntaba si me dejarías tu vestido rojo

-Es nuevo Helena, no lo he estrenado y me lo voy a poner el viernes, si quieres uno puedes coger el verde

Sabía que iba a insistir, siempre lo hacía, había sacado el carácter cabezón de mi padre, claro que no podía decir nada, porque yo era igual.

-Venga porfi- sacó la sonrisa más grande que pudo

Me levanté, abrí el armario y le tiré el vestido verde, cosa que no se esperaba porque con una cara de decepción se quedó mirando el vestido.

Levante los hombros y la guiñé un ojo mientras salía de mi habitación frustrada.

Seguí estudiando hasta ver la hora, las doce y media de la noche, llevaba tres horas sentada sin despegar la mirada de mis apuntes. Al final me levanté para estirar las piernas un rato, me hice un café y tras varias insistencias de mi padre de que dejase de estudiar volví a posar mi vista sobre los folios perdiendo la noción del tiempo.

-Cariño, son casi las dos de la mañana, deberías dormir- escucho la voz de mi madre entrando a la habitación.

Estaba sumida en los papeles esparcidos por mi escritorio, noté como me quitaba los cascos y me cerraba algunos de los cuadernos. Suspiré e hice caso a sus sugerencias.

-Estoy agobiada, creo que no he estudiado lo suficiente- comenté mientras guardaba las cosas con ayuda de mi madre- ¿Qué haces despierta?

-iba a beber agua y vi la luz encendida, me preocupa que estés encerrada aquí siempre- me apoyó una mano en el hombro y lo acarició.

-Mamá, no tenéis que preocuparos, estoy bien, solo necesito buena nota- Guardé el último cuaderno y cerré la mochila

-Necesitas vivir Gala

Tragué en seco, llevaba escuchando eso los tres últimos años casi a diario, me lo habían repetido tantas veces que se volvió un eco, un eco rondando mi cabeza a todas horas.

-Me voy a dormir- Dije desviando el tema

Mi madre me besó la cabeza y tras desearme buenas noches se fue, claro que muy buenas noches no fueron.
Volví a tener esas pesadillas que tanto daño me habían hecho.

Abrí los ojos con el sonido de la alarma del móvil, la apagué y froté mis ojos para seguido levantarme e irme a la ducha.

Cuando el agua fría toco mi piel me di cuenta lo tensa que estaba, pensando en que haría este verano cuando Melanie fuese a Francia a ver a su familia.

Me hice un café y terminé de repasar mis apuntes hasta que me tuve que cambiar para salir, nada nuevo, unos vaqueros básicos y una camiseta negra, cogí mi bolso y tras meter lo necesario salí de casa con los cascos puestos.

Tras veinte minutos en metro llegué al lugar del examen mientras en mis cascos sonaba Faltas tú de Morat.

-¡Gala!- escuche un grito detrás mía

Mi mejor amiga, Melanie saltó prácticamente encima de mí riéndose.

-Tía qué guapa vas- dijo besándome la mejilla

-Voy igual que siempre- me reí abrazándola

-Te veo algo distinto

-Serán las ojeras- ese comentario provocó la risa de la francesa

-tu es toujours belle- Dijo mi amiga agarrando mi brazo y caminando hacia la sala del examen.

Al llegar nos sentamos en mesas cercanas, claro que al ser un examen tan importante estaban a dos metros la una de la otra.

-Tenéis dos horas para hacer el examen,'si termináis antes, avisarme y voy a por vuestras hojas para que podáis iros- empezó a explicar nuestra profesora- si alguien tiene alguna idea de copiar que sepáis que si sois pillados haciéndolo tenéis un cero.

Una hora y media después deje mi boli en la mesa, entregue el examen y salí de la sala habiendo soltado todo lo que llevaba estudiando tres días seguidos.

Una brisa entraba por la ventana de mi habitación, que estaba inundada del dulce sonido de las risas de personas, entre ellas la mía.

-Entonces esta decidido, nos vamos de viaje- dijo mi hermana

-Solo si elijo el primer destino- contesté mientras mordía una barra de fuet

-Tu no puedes elegir nada, no sabes hacer nada como para ponerte a escoger sitio- soltó dejándome en silencio

-Eso digo yo- choco el puño mi mejor amiga con ella- Lo único que has hecho en tu vida es visitar Portugal y crees que vas a poder organizar un viaje así

Tragué en seco, no sabía qué decir. Se me aguaron los ojos y seguí escuchando.

-Eres inútil- respondió otra voz a mi lado

-Y por cierto, deberías dejar de comer, estás pasándote ya- Otra más, otra más que no reconocía.

Me desperté, por fin con los ojos llenos de lágrimas, miré mi móvil, las cinco de la mañana.

Estaba cansada por tanto estudio que me había quedado dormida a las ocho, después de pasar la tarde con Melanie y me acababa de levantar en estas condiciones.

Me levanté de la cama y me preparé un café, la casa estaba a oscuras, aún que no tardaría en salir el sol, porque a las seis suele empezar a amanecer.

Decidí ir a verlo, y así es como en menos de una hora estaba camino hacia una calle que había a unos minutos de mi casa para empezar el día.