CAMPAMENTO DE VERANO

CAP 3

La semana siguiente, Jungkook intentó enfocarse en su rutina escolar, aunque cada vez que cruzaba los pasillos, buscaba inconscientemente la presencia de Lisa. Desde el incidente en el hospital, su determinación de conocerla mejor solo había crecido. No quería arruinar otra oportunidad, y sabía que apresurarse solo complicaría las cosas. Esta vez, se proponía ir más despacio.

Durante la clase de arte, el profesor anunció un nuevo proyecto en grupos. Se trataba de una exposición que combinaría música, danza y artes visuales, y cada grupo debía elegir una temática para desarrollar. Jungkook miró a su alrededor, su corazón dio un vuelco cuando notó que Lisa estaba sentada a unos cuantos asientos. Era su oportunidad perfecta.

El profesor comenzó a organizar los equipos, y antes de que pudiera decir algo, Jennie, la amiga protectora de Lisa, levantó la mano. "¿Podemos elegir nuestros grupos?" preguntó con un tono seguro, mientras lanzaba una rápida mirada en dirección a Jungkook.

El profesor sonrió y asintió. "Claro, Jennie, pero tengan en cuenta que deben trabajar con alguien con quien no hayan colaborado antes. Será una buena manera de ampliar su perspectiva".

Jungkook sintió el impulso de acercarse a Lisa, pero antes de que pudiera reaccionar, ella giró y lo miró directamente. Fue una mirada rápida, un destello de duda mezclado con curiosidad. Esa pequeña chispa fue todo lo que necesitó. Con pasos cautelosos, se acercó a ella, sin apartar la vista, y sonrió.

"¿Te gustaría hacer equipo conmigo?" preguntó, tratando de sonar tranquilo.

Lisa lo miró con un gesto de sorpresa que pronto se suavizó. "Claro, Jungkook", respondió ella, esbozando una sonrisa tímida.

Jennie observó la interacción con una ceja levantada, pero no intervino. Jungkook sintió un alivio inesperado; quizás, poco a poco, lograra ganar la confianza de las amigas de Lisa también.

Ambos se sentaron juntos para discutir ideas, y la conversación fluyó más fácilmente de lo que Jungkook había imaginado. Hablaron sobre sus intereses y, para su sorpresa, descubrieron que compartían un amor por la música y la fotografía. A medida que avanzaba la conversación, Jungkook pudo ver una faceta de Lisa que no había notado antes: detrás de la popularidad y la gracia, había una chica apasionada por el arte, con ideas creativas que no temía expresar.

"¿Qué tal si combinamos baile y fotografía?" propuso Lisa con entusiasmo. "Podríamos capturar movimientos en imágenes y luego hacer una coreografía inspirada en esas fotos".

Jungkook asintió, impresionado por su idea. "Es genial, Lisa. Creo que podríamos incluso hacer algo con sombras y luces para resaltar los movimientos".

Ella sonrió, y en ese momento, a Jungkook le pareció que el hielo finalmente se estaba rompiendo.

Al final de la clase, Jennie y sus amigas se acercaron para despedirse de Lisa. Jennie miró a Jungkook y, por primera vez, esbozó una ligera sonrisa. "Cuídala bien en este proyecto, Jungkook", dijo, guiñándole un ojo antes de irse. Jungkook entendió la advertencia, pero también percibió la aceptación, y no pudo evitar sentir una ola de satisfacción.

Esa misma tarde, Jungkook y Lisa se reunieron en la biblioteca para trabajar en los detalles del proyecto. A pesar de sus nervios iniciales, la atmósfera entre ambos se tornó ligera. Hablar de arte y música parecía natural, y cada vez que una idea surgía, se reían al ver cómo sus pensamientos parecían alinearse.

"¿Qué te hizo empezar en la fotografía?" preguntó Lisa, con la cabeza apoyada en la mano mientras lo miraba con interés.

Jungkook se quedó en silencio por un momento, sorprendido por la pregunta. "Supongo que quería capturar los pequeños momentos que pasan desapercibidos", respondió, con una leve sonrisa. "A veces, una simple foto puede decir más que una conversación entera. Además... creo que uno se siente más conectado a la vida cuando observa los detalles".

Lisa asintió, pensativa. "Eso es hermoso. Creo que algo similar me pasa cuando bailo. Es como si pudiera expresarme de una forma que las palabras no logran. Todo lo que siento, lo canalizo en el movimiento".

Los dos se miraron, sintiendo un momento de comprensión mutua. Se dieron cuenta de que, a pesar de ser muy diferentes, compartían la misma necesidad de expresión artística, aunque cada uno en su propio modo.

Un día después

Pasaron la mayor parte del fin de semana trabajando en el proyecto, encontrándose en un pequeño parque al atardecer para aprovechar la luz suave para las fotos. Lisa bailaba al ritmo de su propia música interior, mientras Jungkook capturaba cada paso, cada giro, y cada salto, fascinando por su habilidad de moverse con una fluidez que él nunca había presenciado.

Todo parecía ir perfecto, hasta que Lisa tropezó en un pequeño desnivel del terreno y cayó de rodillas. Jungkook se apresuró a ayudarla, extendiendo su mano, y ella la tomó sin dudar.

"¿Estás bien?" preguntó, su voz llena de preocupación.

Lisa sonrió, un poco avergonzada pero tratando de minimizar el incidente. "Sí, estoy bien. A veces me dejo llevar demasiado y me olvido de mirar por dónde piso".

La risa ligera de ambos disipó la tensión, pero Jungkook no soltó su mano de inmediato, como si ambos supieran que ese pequeño gesto significaba algo más. Al darse cuenta, Lisa retiró su mano lentamente, con las mejillas sonrojadas, y el silencio entre ellos se volvió cargado de una nueva tensión, más dulce y menos incómoda.

Unas semanas después

El día de la presentación se acercaba, y tanto Jungkook como Lisa sentían la presión. Querían que el proyecto fuera perfecto, pero entre las largas horas de ensayo, la edición de las fotografías y la planificación de la coreografía, ambos estaban agotados.

Finalmente, el día antes de la presentación, tuvieron una discusión. Jungkook había pasado toda la noche anterior editando las fotos, pero Lisa pensó que algunas tomas no capturaban el movimiento como había imaginado.

"No es eso, Jungkook, pero algunas fotos no se ven como esperaba", dijo ella, tratando de medir sus palabras. "Sé que te has esforzado, pero... tal vez podríamos cambiar algunas".

"¿Cambiar algunas? Lisa, he trabajado toda la noche en esto", respondió Jungkook, con una mezcla de frustración y cansancio.

La tensión fue creciendo, y al ver cómo se desviaba el proyecto de lo que habían imaginado juntos, ambos se quedaron en silencio, evitando mirarse. Finalmente, Jungkook suspiró, dejándose caer en la silla y frotándose las sienes.

Lisa lo miró y, dejando a un lado el orgullo, se acercó a él. "Lo siento, no quería sonar desagradecida. A veces puedo ser perfeccionista, y me olvido de lo que los demás sienten".

Jungkook levantó la vista, notando la sinceridad en sus palabras. "Yo también lo siento. Solo quiero que todo salga bien".

Se miraron y sonrieron, aliviados de haber aclarado sus diferencias. Esa noche, ambos dejaron de lado sus propios egos para trabajar como un verdadero equipo, comprometidos a dar lo mejor de sí en la presentación.

En los días previos a la presentación, Jungkook y Lisa se volvieron inseparables. Ambos estaban decididos a que el proyecto reflejara sus pasiones, cada uno contribuyendo desde su propio arte. Las largas jornadas de trabajo en equipo parecían haber forjado una conexión más fuerte, y sin embargo, ambos estaban concentrados en el proyecto, tratando de no distraerse con el vínculo que cada día se hacía más evidente.

Finalmente, llegó el día de la exposición. Los alumnos y profesores llenaron el salón, y cuando el turno de Jungkook y Lisa llegó, el ambiente se llenó de expectativa. La coreografía fluía con la música y las fotos proyectadas de fondo capturaban cada movimiento de Lisa con precisión y belleza. Todos los detalles que habían discutido y ajustado hasta el cansancio se reflejaban en la obra, haciendo que cada instante pareciera más especial.

Al terminar, los aplausos resonaron en el salón. Jungkook y Lisa se miraron, ambos respirando aliviados y compartiendo una sonrisa llena de complicidad. El proyecto no solo había sido un éxito, sino también una experiencia que les permitió conocerse en una forma que ninguno imaginó.