Que dolor

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Es un precio muy caro el que estoy pagando

por una recompensa que jamás llegará.

Sigo mis lágrimas poco a poco derramando,

Mientras mi corazón se arruga y muere,

Y el mundo a mi alma la esta asesinando.

Como un cura sin fe por el mundo 

me encuentro renegando.

Como una legión moribunda y sin balas

A la cual el enemigo acaba fusilando.

Como un ruiseñor sin voz,

que desfallece con el tono de los otros cantando.

Como un perro magullado y despreciado por el hombre

Que se ve a sí mismo tan desdichado.

Como Boabdil el chico tras perder su ciudad

sin dejar de estar llorando.

Ahí dios déjame que mi alma te entregue 

Porque así me estas marchitando

te lo pido de rodillas, tómame a mí

Ten piedad, pues te lo estoy rogando.

Pero deja que ella siga en esta vida

Pues aún le queda tiempo caminando

Poemas a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora