Melissa Shield apretaba los puños. Estaba nerviosa. Había practicado por mucho tiempo para esto, perfeccionando su traje y afinando cada detalle. Ahora era el momento de ponerlo a prueba en un verdadero campo de batalla.
—¿Nerviosa? —su tío, All Might, se acercó y le preguntó.
—Un poco… El traje todavía es un prototipo.
—No te preocupes, sé que lo harás muy bien. Ahora levántate, es hora de que te luzcas.
Ella no pudo evitar soltar una pequeña sonrisa.
—Gracias, tío…
Entonces, tocó el brazalete que colgaba de su muñeca y, de él, una especie de masa negra envolvió su cuerpo hasta transformarse en un traje de aspecto futurista, negro con luces brillantes.
—¿Qué te parece? —preguntó emocionada.
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—Un poco simple para mi gusto, pero te ves genial. Ahora vámonos, que ya es tarde.
—¡Sí…!
Ambos caminaron por el túnel durante unos minutos hasta encontrarse con el resto de la clase.
—¡Oh! Melissa, te ves increíble —Uraraka, la única amiga que había hecho hasta el momento, se acercó y lahalagó—. Aunque, bueno, parece que a las dos nos dieron trajes muy ajustados —dijo mientras se sobaba la nuca.
—T-te queda muy bien. E-el rosa combina contigo…
—Jejeje, muchas gracias. Pero no sé… siento que revela demasiado —respondió mientras hacía algunas poses, como si estuviera modelando de manera provocativa.
—C-creo que te ves s-sexy… ¡N-no lo digo de una manera rara! ¡S-solo pienso que te ves b-bonita…!
Ambas se pusieron rojas como tomates, pero Uraraka agradeció el extraño cumplido de su amiga rubia.
Después, All Might procedió a explicar el ejercicio de combate que harían: una batalla de dos contra dos. Héroes contra villanos. Los villanos debían defender una bomba falsa, mientras que los héroes tenían que recuperarla o derrotarlos antes de que se acabara el tiempo.
Los equipos se eligieron al azar. Al final, a Melissa le tocó con un chico llamado Bakugo, y debían enfrentarse a dos muchachos, hermanos: Izuku y Hisashi Midoriya.
Melissa entró en pánico al escuchar quién sería su compañero. Bakugo era un tipo que, desde el principio, había demostrado su falta de cooperación y comunicación, además de sus evidentes problemas de ira.
