[5°] 3.Sucesos nocturnos y castigo.

31 5 10
                                    

Había llegado el momento en que Adhara llevaría a cabo su primera guardia nocturna como prefecta. Acompañada por su compañero de casa y de curso, Ernie Macmillan. Juntos, recorrieron varias zonas del castillo que estaba envuelto en un silencio inquietante mientras el eco de sus pasos resonaba como un susurro.

Finalmente, a eso de las tres de la mañana, terminaron la guardia y agotados regresaron a sus respectivas habitaciones. Una vez que Adhara se preparó para dormir, se acomodó entre las mantas de su cama y se quedó dormida casi al instante. Pero media hora más tarde, un fuerte ruido la sobresaltó.

Asustada, se incorporó para averiguar qué sucedía y al ver que en su habitación estaba todo en orden, tomó su túnica de Hufflepuff y se la puso sobre el pijama para salir al pasillo.
Todo parecía en orden pero volvió a escuchar un estruendoso ruido. Así que salió del área de prefectos con su varita iluminando el camino.

Cruzó varios pasillos y llegó a un vestíbulo que no recordaba haber visto antes, donde una antigua puerta de piedra se alzaba imponente. Estaba cubierta de enredaderas y musgo, y parecía haber estado allí durante siglos, guardando secretos olvidados.

Adhara abrió la puerta lentamente, esperando encontrar al causante de aquel ruido, pero para su gran sorpresa, se topó con un pasaje oscuro y sinuoso. Donde el aire era frío y húmedo, y el olor a tierra y moho llenaba sus pulmones.

Con determinación, dió el primer paso hacia adelante, sintiendo cómo la adrenalina comenzaba a recorrer su cuerpo. Aquel siniestro camino parecía interminable. Al levantar la vista, vió el cielo nocturno lleno de estrellas que brillaban contrastando con la oscuridad. ¿Dónde estaba? Parecía encontrarse en un pasillo de frondosos setos situado en el exterior del castillo.

Por un momento, se preguntó si se encontraba en el laberinto del Torneo de los Tres Magos, pero rápidamente descartó la idea. Sabía que aquel laberinto se ubicó en el campo de Quidditch y además, ya había sido retirado. Sin embargo, la sensación de estar perdida en un lugar similar la perturbada.

El paisaje era oscuro y una densa niebla envolvía todo a su alrededor. La humedad del aire se sentía pesada, y cada paso resonaba en el silencio del lugar, amplificando su soledad. Hasta que de repente, entre la bruma, una figura luminosa y familiar comenzó a tomar forma frente a ella.

Sin duda, era el fantasma de Cedric Diggory. Adhara pudo reconocer su rostro iluminado por una siniestra luz azulada.

--Necesito tu ayuda. --Le habló con voz suave pero inquietante.

Un escalofrío recorrió a Adhara de pies a cabeza y antes de que pudiera responder, el paisaje comenzó a desvanecerse a su alrededor y una sensación de vértigo la envolvió mientras todo se volvía oscuro.

--¡CEEEDRIC! --Gritó preocupada al despertar.

Todo había sido una pesadilla. Pues en realidad, estaba en su cama, junto a su gatita Ágata que dormía plácidamente enroscada sobre la colcha. Todo estaba en orden y también en silencio, pero el eco de las palabras de Cedric aún resonaba en su mente.

Con el corazón acelerado y una sensación de inquietud salió al pasillo para despejarse un poco, preguntándose si había algo más detrás de todo aquello.

Muy confundida y agobiada, Adhara se dejó caer contra la pared y comenzó a llorar sentada en el suelo. Estaba desolada. No conseguía superar la muerte de su amigo y dormir en su antigua habitación, definitivamente, le estaba afectando de forma negativa.

Anthony Goldstein, que dormía en la siguiente habitación y posiblemente se había despertado al oirla, salió al pasillo para comprobar qué sucedía, y al encontrarla en el suelo llorando, se inclinó frente a ella para estar a su altura.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: a day ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Saga: Mi dulce Hufflepuff.♡ [Draco Malfoy.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora