Segunda parte

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Las voces murmurantes de sus compañeros resonaban detrás de él mientras se quitaba el vestuario

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Las voces murmurantes de sus compañeros resonaban detrás de él mientras se quitaba el vestuario. La presión de ser el centro de atención lo llenaba de nervios. Iida había confiado en él, y eso debía significar algo, ¿no?.

Entró a su camerino, sintiendo sus ojos pesados. Se sentó frente a su tocador, su reflejo apenas visible en la tenue luz. Cerró los ojos y se dejó envolver por el suave aroma de las rosas que adornaban la habitación.

Aquel aroma floral le recordaba a su madre, a esos momentos en que salían juntos al campo, recogiendo flores mientras el viento suave jugaba con sus cabellos. También le traía a la memoria la calidez de su hogar, impregnado del dulce olor de las comidas que ella preparaba con tanto cariño solo para él.

Se levantó y caminó hacia un rosal, del cual cayó una pequeña carta atada con un lazo negro. Intrigado, la recogió y, al abrirla, oyó el sonido de la puerta abriéndose. Ahí estaba el bicolor, quien entró con una sonrisa radiante que iluminó la habitación.

Sin pensarlo dos veces, dejó la carta sobre una pequeña mesa cercana y corrió a los brazos del chico, quien lo levantó y lo colocó suavemente sobre la pequeña cama.

—¡Por Dios, estuviste increíble, Zuzu! —exclamó el bicolor, y el peliverde no pudo evitar sonreír ante el entusiasmo de su compañero—. Cuando nos casemos, tendrás un hermoso traje como el que usaste para la presentación de hoy.

Las palabras del bicolor tomaron por sorpresa a Izuku, quien comprendió de inmediato lo que Katsuki le estaba proponiendo. Su corazón se aceleró, la idea llenándolo de una calidez indescriptible.

—Eres hermoso, Izuku —susurró Katsuki, inclinándose para besar los labios del más bajo, quien respondió de inmediato al gesto, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello.

Esa noche, mientras la luna brillaba en el cielo, sus cuerpos se entrelazaron, compartiendo un momento de conexión íntima y profunda. La habitación se llenó de susurros y risas, una danza entre dos almas que se encontraban en una nueva etapa de su relación, uniendo sus corazones de una manera que jamás habían imaginado.

Esa felicidad no iba a durar mucho, ¿o sí?.

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Los ensayos habían estado pesados últimamente, pues estaban preparando una de las más grandes y codiciosas ideas para el teatro. Querían captar la esencia del famoso "fantasma de la ópera" y adaptarla a su propio estilo, fusionando drama y música de una forma que sorprendiera al público.

Izuku, sumido en sus pensamientos, no podía evitar sentirse abrumado. La presión de crear algo espectacular pesaba sobre sus hombros, y cada día que pasaba se sentía más ansioso. A su alrededor, sus compañeros discutían con entusiasmo sobre los elementos escenográficos, el vestuario y las melodías que darían vida a su obra. Pero a pesar de la energía vibrante del grupo, la sombra de sus inseguridades lo seguía acechando.

El fantasma de la opera 𔓕  Katsudeku [ Especial Halloween ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora