RELACIÓN COERCITIVA

La rutina del Alfa y el Omega 3

Al final de las palabras de Jimin, Taehyung tuvo que decir que la huella no es la gran cosa. Fue porque Jimin se vio bastante deprimido y afligido.

"No me gusta decir esto, pero yo también te envidio a ti. Solo un poco..."

"Espero que lo hagas. Bueno, las personas dicen que la huella no se puede quitar una vez impresa, pero... ¿No estás muy eParkorado de tu Alfa? entonces, creo que no está mal que dure para siempre."

La mirada de Taehyung sutilmente se dirigió a los guardaespaldas que estaban en la esquina del gran salón de clases.

"Es una acción de dar y recibir." "Yo... Aún..."

Después de escuchar las palabras de Taehyung, Jimin pensó de nuevo sus palabras y dijo gentilmente "Wow, Experimentar eso sería maravilloso". Después de seguir platicando un poco más, finalmente, Taehyung recordó en un momento de la conversación que había pasado una vez por un shock de feromonas, y se retorció y rechinó sus dientes al recordar ese momento. Jimin sonrió suavemente, sabiendo que su amigo tenía un mal temperamento hacia los Alfa que no se encontraban allí.

Jimin, que pensaba que Taehyung estaba disgustado con él, se encontraba afligido y decaído, por lo que, al llegar le entregó una caja de pequeños pasteles decorados de una manera hermosa.

Sea lo que sea, la comida casera que recibía Jimin era excelente y famosa. Había un chef contratado cuidadosamente por Taejoon, que

se ocupaba de su plan alimenticio, nadie más que él cocinaba para Jimin y vigilaba su régimen alimenticio.

Si algo no sabía bien, podría ser despedido de inmediato. "Vaya, esto."

"Uh, le pedí a Jin que hiciera esto. Desde hace tiempo, me habías dicho que querías comerlo."

"Vaya, realmente le estaba a punto de pedir a mi madre que buscara la manera de conseguir comprar de estos pastelillos en una reportería.."

Taehyung, que tenía como madre a una mujer Omega, sonrió ampliamente y Jimin correspondió el gesto. Este hecho le hizo recordar su última comida familiar. Le entregó a Taehyung la caja de pastelillos.

Aún después de estar de pie durante mucho tiempo, pensó que era un poco irrazonable, así que Jimin regresó a su salón. Luego de la nada un golpe sonoro se escuchó. Jimin se había caído a un lado de su escritorio. No era de extrañar, estaba tan pálido que parecía un fantasma.