Una chica de seebruck común o eso es lo que piensan, cuando en realidad oculta algo no solo a la gente en general si no a toda su familia. Un secreto que no es de una persona si no de 3, que su mejor amigo Zombie se entere de la forma que se enteró...
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En el patio de una casa cerca de la barrera que dividía ciudad zombie con seabrook se veía a un pequeño zombie con una pequeña rubia jugando entre risas, corriendo de un lado cuando de pronto el pequeño zombie se cae provocando una pequeña herida provocando que empiece a llorar haciendo que la rubia ponga una mueca mientras entraba a su casa buscando en los cajones hasta que sacó de uno de los cajones un papelito blanco corriendo hacia donde estaba el zombie para quitarse su mano viendo que el niño seguía llorando.
-Puedes dejar de llorar solo te raspaste no te paso nada más, aparte ni sangras dramático- La niña no tardó en abrir el papelito blanco dejando en vista una curita de unicornios haciendo que el chico haga una mueca y se vuelva a tapar su pequeña raspadura haciendo que la pequeña niña lo mire con una ceja alzada.
-Tienes razón no sangro no necesito una curita y menos que tenga unicornios en esta estoy bien- En ese momento el pequeño zombie se levanta con una mueca dejando su rodilla con el raspón a la vista haciendo que la pequeña niña lo toque haciendo que el pequeño se agache tocando su rodilla con una mueca de dolor -Que te pasa? Estas loca o porque hiciste eso? Duele mucho- La niña simplemente soltó una risa juguetona mientras le ponía la curita.
-Tranquilízate Zeddy sí tal vez no sangres pero eso no te quita el dolor, aparte te queda linda- La niña ayuda a su amigo a caminar dentro de casa. -Oye Zeddy ignorando que te caíste y me reí sin que te dieras cuenta, mañana es Halloween de que te vas a disfrazar?- Claro que el niño se quedó pensando en Ciudad Zombie si piden dulces pero era mucho más noche que los humanos por órdenes de la patrulla Z.
-En realidad de eso quería hablar, no tengo disfraz- La niña se sorprendió pero en automático tuvo una idea, le hizo una seña al pequeño zombie que en un momento regresaba corriendo hacia un ático saco una maleta donde había varios disfraces con un poco de esfuerzo logró bajar aunque le costara cuando el pequeño niño la vio la ayudó con la maleta con una sonrisa la niña se para frente a su amigo -Estos disfraces eran de papá cuando era un niño podemos ver que te queda- Y con eso el pequeño zombie junto a la pequeña niña empezaron a rebuscar entre las cosas encontrando varios disfraces haciendo que la pequeña rubia obligue a su amigo a vestirse con varios disfraces.
Entre estos disfraces hubo uno de esqueleto el cual la niña desaprueba rotundamente, el chico regresa al baño para después salir con un traje de policía haciendo que la niña le ponga el pulgar para abajo, después sale con uno de lobo provocando que la chica solo haga una mueca haciendo que el niño suelte un suspiro cansado para regresar a buscar otro disfraz. Después de algunos disfraces probados decidieron cual le quedaba mejor al zombie pero la niña también tenía algo en mente.
-Oye Zeddy duda- Mientras el niño guardaba el disfraz que le regaló su amiga para enseñarle a su padre que ya tenía disfraz, solo soltó un sonido de que la escuchaba -Y si pides dulces conmigo?- En ese momento el pequeño la volteo a ver como si estuviera loca -Se que no suena lógico pero piensa se supone que es pálido de lo que te vas a disfrazar tú ya lo eres, y lo demás solo es arreglarlo, el cabello podemos pintarlo y después lo podemos lavar para ir a pedir dulces en ciudad zombie- El pequeño zombie se quedó pensando en eso para después asentir.
