capitulo 1

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En un día despejado, en la estación de policía al sur de Ciudad Domino, un joven de cabello negro y ojos azules se encontraba sentado frente a un escritorio, mirando el suelo con expresión ausente. Era Mark, o al menos así les había dicho a los oficiales de la estación. No tenía apellido, ni documentos que revelaran su identidad real; aproximadamente tres años atrás, lo habían encontrado inconsciente en un callejón de la ciudad, sin nada que le perteneciera ni una pista clara de su origen. Todo lo que recordaba era su nombre, Mark.

Desde aquel momento, Mark había vivido en un refugio para personas sin hogar, al que los policías lo habían llevado tras encontrarlo

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Desde aquel momento, Mark había vivido en un refugio para personas sin hogar, al que los policías lo habían llevado tras encontrarlo. Una vez a la semana debía presentarse en la estación para reportarse. Aunque los oficiales le habían dado el apellido “Domino” en referencia a la ciudad donde fue hallado, todos esperaban que algún día pudiera recuperar su memoria.

Mark esperaba a alguien en aquella silla de metal, incómoda y fría, que lo hacía sentir como si estuviera a punto de ser interrogado por algún delito. La pequeña sala de entrevistas en la estación de policía de Domino solo aumentaba esa sensación de inquietud.

No había ningún oficial presente en ese momento; al parecer, había surgido un altercado con pandilleros, y la mayoría de los policías de la estación había salido a atender la situación de emergencia.

Como si la situación no fuera ya lo suficientemente extraña, el teléfono de la habitación comenzó a sonar de repente. Mark levantó la mirada, observando el aparato con cierta duda mientras se preguntaba si debía contestar o no. El sonido persistía, y Mark, poco a poco, extendió su mano derecha hacia el teléfono para responder.

En ese instante, la puerta de la habitación se abrió de golpe, y Mark giró rápidamente la cabeza para ver al recién llegado. Era el detective Tanaka, el oficial que lo había encontrado hace tres años.

Tanaka era un hombre de mediana edad con un rostro marcado por el cansancio del trabajo, pero a la vez poseía una expresión amable. En sus manos llevaba un par de documentos que parecían ser archivos, tal vez la información de Mark.

—¡Oh! Eres tú, Mark. Ya es viernes otra vez; qué rápido pasa la semana —dijo Tanaka con una cálida sonrisa.

Mark se levantó de la silla de un salto, provocando que esta cayera al suelo con un fuerte golpe. Se apresuró a saludar al detective con una reverencia algo exagerada, ansioso por mostrar respeto.

—¡Oye, tranquilo! No es necesario que hagas tanta reverencia cada semana —le dijo Tanaka con una sonrisa divertida en el rosto.

—Lo lamento mucho, señor Tanaka, pero le tengo mucho respeto, y lo sabe.

Mientras, Mark levantaba la silla que había caído al suelo. El detective Tanaka  caminó en direcion al  escritorio, con documentos en sus manos. Tomando asiento, pego un suspiro, profundo, sabi que este dia seria largo, y no tenia buenas  noticias para el chico.

YU GI OH! Eco De La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora